Desde la UNT pasó a fabricar máquinas para extraer petróleo en Francia

Agostina Salinas Darroux tiene 34 años, se graduó en diciembre de 2014 como ingeniera mecánica en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET). Desde 2018 vive en Francia, antes en Italia (pero allí no trabajó como ingeniera). Durante su etapa de estudiante en Tucumán realizó pasantías en Tenaris, del Grupo Techint, y en Schlumberger.

Se ganó la beca Arfitec de Tecnología, que le permitió hacer una pasantía en Francia de seis meses en la Universidad de Belfort, donde conoció a quien hoy es su marido. En 2018 se mudaron a Portet-sur-Garonne, Francia, e ingresó en la empresa Fluides Service Technologies, que fabrica maquinarias para la extracción de petróleo. La ciudad donde reside queda pegada a Toulouse, la ciudad donde está la famosa fábrica de aviones Airbus.

Agostina ostentó el puesto de jefe de Proyecto y ahora es Responsable del Departamento Proyectos. “Hacemos maquinas a medida, cada equipo se hace en función del pedido del cliente. Son para la extracción de petróleo. Desarrollamos compresores de aire, secadores de aire, generadores de nitrógeno tanto para plataformas de petróleo offshore como para pozos de petróleo en el continente”, describió.

La joven ingeniera sostiene que Portet-sur-Garonne no es una ciudad petrolera y que, por lo tanto, tuvo suerte de encontrar ese trabajo allí. “Toda la experiencia que gané en Argentina, tanto en Slumberguer como en Tenaris, me sirvió para ser jefa de proyectos. Actualmente, sigo gestionando proyectos, pero como managger". 

Comando hidraúlico para plataforma offshore construido por Agostina.

Agostina describe las responsabilidades de un jefe de proyectos: “recibe las especificaciones del cliente y prepara los requisitos técnicos para las compras para construir esas máquinas. Revisa los presupuestos de los proveedores para ver si están en línea con nuestros requisitos técnicos y del cliente. Compro los materiales y controlo la emisión de documentos técnicos. Finalmente, hago la supervisión del intercambio documentario con el cliente, la supervisión de la fabricación, y al final hago los test y pruebas de funcionamiento de la máquina para que quede lista para ser entregada”, detalló.

La profesional consideró que su puesto “es muy interesante, en línea con lo que yo estudié. Nuestra formación de ingeniero mecánico es distinta a la de los ingenieros mecánicos en Francia. Yo no podría haber tenido mejor formación para la empresa en la que estoy. Por eso, estoy muy contenta y agradecida por todo lo que aprendí”, resumió.

Ganarse un lugar en un mundo de hombres
Agostina Salinas Darroux considera que es difícil en la facultad vivir en un ambiente de hombres, “donde uno tiene que ganarse su lugar, pero hoy ya está más trillado el camino. Les recomiendo a quienes quieran ingresar en este tipo de carreras hacerlo sin miedo. Hacen falta muchas ganas, muchas garras y tener paciencia. Siendo responsable y con ganas todo se logra”, describió.

La joven ingeniera cree  que algunas chicas se preguntan si este tipo de industrias es para nosotras si quieren ser mamá, por ejemplo. “Mi testimonio es que soy mama hace dos años y a pesar de tener muchas responsabilidades, la industria se está adaptando a nosotras y es una muy buena noticia”.

Por último, Agostina recomienza a las jóvenes que sigan su sueño, que no acepten un no como respuesta. “Cada vez que se abra una puerta hay dos ventanas que se abren. No se queden de brazos cruzados, sigan intentando que tarde o temprano el trabajo duro da su recompensa”, concluyó.

Agostina y su hijo en una fiesta de disfraces en Francia.

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