Un compuesto de la frutilla protege cuatro cultivos

Por Daniela Orlandi

Un grupo de investigadores tucumanos desarrolla un compuesto a partir de las hojas de frutilla con propiedades para combatir bacterias y hongos. El bioinsumo ayuda, además, al crecimiento y estimula las defensas de cuatro cultivos de importancia regional. Se presenta como un extracto acuoso, que se atomiza directamente sobre las plantas.

El trabajo, que superó con éxito pruebas de laboratorio y de campo, es dirigido por las doctoras Paula Filippone y Alicia Mamaní, docentes investigadoras de la Universidad Nacional de Tucumán. También participan Carlos Grellet del Instituto de Tecnología Agroindustrial del NOA, Guillermo Deboeck de la Estación Experimental y Pía di Peto investigadora del Conicet. El estudio comenzó en 1996 en el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (UNT- Conicet), dirigido entonces por los doctores Juan Carlos Díaz Ricci y Atilio Castagnaro.

Mamaní y Filippone destacaron que el compuesto viene perfeccionándose en los últimos diez años. Hasta el momento se realizaron ensayos en invernadero y se comprobaron beneficios de protección en soja frente a la “mancha anillada”, en caña de azúcar frente a la “estría roja”, en el limón contra la “podredumbre verde” y en la antracnosis de la frutilla, producida por hongos. Las profesionales destacaron que para cumplir la función bactericida y fungicida se necesita aplicar altas concentraciones del producto, comparado con una cantidad mucho menor que se emplea como estimulador del crecimiento e inductor de las defensas.

Di Petto presentó hace poco su tesis doctoral que buscó estandarizar el procedimiento de obtención y aplicación del bionsumo. El estudio apuntó a que la producción del extracto de frutilla resulte económica para su uso a gran escala, que no sea tóxico para los cultivos ni para el medio ambiente y que, al mismo tiempo, mantenga la efectividad conseguida en el laboratorio. El trabajo obtuvo el primer lugar en la Categoría Tesis de Posgrado de los premios Biovalor. Es un galardón otorgado por la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación que favorece el desarrollo de tecnologías y contempla la sustentabilidad ambiental.

Filippone señaló que “el preparado puede aplicarse tanto en cultivos intensivos como extensivos y que tiene la ventaja de ser biodegradable, proviene de fuentes renovables y genera un impacto mínimo en el ambiente”. Mamaní precisó que el compuesto también resultó efectivo -en pruebas de laboratorio- en bacterias que afectan la salud humana, como Listeria (que provoca infecciones alimentarias) y Staphylococcus aureus (causa infecciones cutáneas y de las mucosas).
 
Los científicos tucumanos patentaron la investigación en tres estados: México, Brasil y Argentina. Actualmente una empresa de nuestro país está interesada en sacar el producto al mercado. Aún se deben realizar ensayos a gran escala, en diferentes regiones y nuevas pruebas de toxicidad. El trabajo fue publicado en la revista Molecular Plant Microbe Interaction, en donde mostraron los efectos de protección del compuesto tanto en citrus como en frutilla.

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