Recuerdan un nuevo aniversario de la creación de la carrera de Arqueología

Los licenciados en Arqueología egresados de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) están hoy de festejos porque, desde hace 33 años, los días 28 de octubre de cada año rememoran, por iniciativa del Colegio de Arqueólogos de Tucumán, que nuestra Casa de Estudios haya sido la primera -entre las Universidades Nacionales-, donde se dictara la carrera de Arqueología y sus graduados recibieran el título de Arqueólogos; fue creada en 1987.

Desde medios UNT dialogamos, vía WhatsApp, con el licenciado Mario Caria, Doctor en Arqueología, Profesor Adjunto de la cátedra “Procesos Socioculturales en Arqueología Extraamericana, de 1er Año de la carrera, y de la Carrera en “Técnico en Documentación y Museología Arqueológica”, en la Facultad de Ciencias Naturales, además de ser investigador dependiente del CONICET.

Desde hace 33 años se dicta la Carrera de Arqueología en la UNT que entrega el título de Arqueólogo, la primera en su tipo entre las Universidades Nacionales. ¿Ha cambiado la enseñanza de la especialidad en estos años?
En realidad sí ha cambiado, porque el plan de estudios original de la carrera fue modificado a fines del ’90, después de más de 10 años del viejo Plan. Actualmente, el Nuevo Plan contempla un poco más los aspectos sociales, mientras que el Plan Original estaba inserto en la Facultad Ciencias Naturales, donde gran parte de las materias que se dictaban, en ese entonces, tenían una fuerte orientación de las ciencias naturales. Cuando se modifica el plan, que es el vigente, se sacan muchas de esas materias y se incorporan otras que estaban orientadas a aspectos más antropológicos, y eso también llevó a que se modificaran las metodologías de enseñanza. Todos los egresados con el Plan Original tenemos una formación mucho más amplia, por lo que se nos reconoce en el resto del país con respecto a otras carreras por tener más formación en ciencias naturales, lo que posibilita, también, que las investigaciones que realizamos tengan un valor agregado que no poseen las carreras de las otras universidades, que son netamente humanistas. Eso nos posiciona en otro plano, con mayores ventajas, respecto de otros grupos de investigación y docencia, por ejemplo. No obstante, los nuevos egresados -con los cambios realizados en el plan de estudios, a principios del 2000-, esa formación no va a ser tan reconocida como la que tuvimos nosotros. Pero, de todos modos, la formación en ciencias naturales sigue siendo importante, y es lo que, en cierta medida, nos sigue distinguiendo respecto a carreras similares de otros lugares del país.-


¿Qué percepción tiene sobre el desarrollo de la profesión en Tucumán, en cuanto a la Conservación y Manejo del Patrimonio Cultural?
Es importante recalcar que, si bien es una profesión que está inserta en un sistema estatal, ya sea a través de la UNT o de instituciones u organismos como el CONICET donde se hace investigación, hace que exista una cierta restricción en cuanto a nuestra labor profesional, ya que no es una profesión liberal. Pero a partir de 2005-2010, en adelante, se ha generado en relación con el aliciente por parte de políticas estatales de los últimos años, nacionales y provinciales, que se posibilitara la regulación de la profesión en ámbitos particulares y, sobre todo, tendientes a la preservación del patrimonio arqueológico y cultural en los ámbitos privados. Es decir, en las construcciones o cuando en las zonas urbanas y villas turísticas más importantes como Tafí del Valle y Amaicha del Valle, se comenzó, por la legislación vigente, en cuanto a  la necesidad de presencia de arqueólogos en esas nuevas urbanizaciones, cuando se levantaban casas o edificios, etc, para minimizar el impacto arqueológico que esas obras iban a producir. De todos modos, Tucumán no se caracteriza por tener políticas de preservación del patrimonio arqueológico y cultural. Pero es una tarea que se viene haciendo lentamente, para poder lograr que, desde las instituciones que dependen directamente del Gobierno Provincial, esas políticas puedan ser ejecutadas correctamente. Pero este es un trabajo que se hace en forma permanente, con la Dirección de Patrimonio de la provincia, tratando de que se generen políticas que minimicen los impactos del crecimiento urbanístico sobre los sitios arqueológicos.

¿Ustedes complementan las tareas de docencia con la investigación y extensión?  ¿Qué hacen en ese sentido?
Sí, por supuesto. Hacemos una complementación entre la investigación y la docencia. Es una articulación que se da de manera permanente. La docencia, la investigación y la extensión son 3 puntos que están, sí o sí, relacionados íntimamente y de los cuales no podemos escaparnos. Tal es así, que todos los proyectos que se presentan en instituciones dedicadas especialmente a la investigación, han incorporado en los últimos años el requisito de que la investigación pura que realizamos tenga, también, un retorno a la comunidad, ya sea a través de metodologías o diferentes herramientas para la extensión del conocimiento, y la transposición consecuente del mismo. Y, por otra parte, de alguna manera, la docencia está íntimamente ligada, porque la mayoría de quienes hacemos investigación también somos docentes, principalmente en las Universidades. Por lo tanto,  esos tres elementos, sí o sí, está ligados, con tareas permanentemente ligadas. 



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