En la web oficial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, publicaron una invitación de la Cátedra de Sociología (se dicta para las carreras de Filosofía, Historia y Ciencias de la Comunicación) para ingresar y echar un vistazo a las producciones realizadas por estudiantes, como trabajo final para la materia.
Como actividad final se pidió un trabajo grupal, en el que vincularan algunas de las temáticas abordadas en el cursado: poder, contrapoder, desigualdades sociales, problemáticas de género, colonialidad del poder, cuestión social, sociedad de la información, modernidad líquida, etc.
Las producciones son videos, podcast, poster, planificaciones de clase e historias de instagram, entre otras y, pueden verse en los siguientes enlaces:
Mural Comisión Prof. Córdoba https://padlet.com/campisiap/rau03e69sb0tiou
Mural Comisión Prof. Carreras https://padlet.com/campisiap/r5r1qosdj8z9hrzh
Mural Comisión Prof. Campisi https://padlet.com/campisiap/xk8l5nwidd5leju0
Mural Comisión Prof. Garmendia https://padlet.com/campisiap/v7z6o1zpc3t8t009
Desde Medios UNT charlamos con Raúl Arúe, docente a cargo de la materia, quien indicó: ”Habitualmente tenemos una población estudiantil de unos 500 estudiantes, en su gran mayoría de Comunicación. Nosotros ya contábamos con ciertos recursos virtuales antes de la pandemia: tenemos aula virtual desde 2018, en donde está el material en “pdf”, se suben las consignas de los prácticos, algún enlace a videos sobre las diferentes temáticas y, desde 2019, están todos los videos (enlaces a YouTube) de las clases teóricas”.
Por otro lado relató: ”Este año, lo primero que hicimos fue registrar, mediante un formulario de Google, quiénes estaban interesados en cursar la materia y los dispositivos con que contaban; registramos alrededor de 700 preinscripciones, muy pocos (alrededor de un 20 %) contaban con algún tipo de notebook o similar; prácticamente todos contaban con teléfono celular, pero la mitad o más contaba sólo con los datos del mismo y no con wifi”. ”En vista de esa realidad organizamos un dictado a distancia, en donde cada semana subíamos al aula virtual la bibliografía, clase teórica y consigna para el trabajo práctico de cada tema, y los estudiantes tenían, hasta la otra semana, para subir su respuesta a un foro en el aula virtual”, continúo.
A su vez, contó: ”Como teníamos un grupo con dificultades para ingresar y registrarse al aula virtual, la auxiliar estudiantil Agustina Asial (Historia) y la “inicianda” a la docencia María José Colombres Garmendia (Prof. de Filosofía) armaron un grupo de Facebook para replicar el material subido al aula virtual”.
Sobre los trabajos finales, señaló: ”Lo novedoso (para nosotros) fue que dejamos librada a la creatividad de les estudiantes el formato del trabajo, a modo de sugerencia mencionamos vídeos, podcast, planificaciones de clase, glosarios, etc. La cátedra en la presencialidad ya venía solicitando un trabajo final integrador que consistía fundamentalmente en una reseña de alguno de los textos de las últimas unidades del programa”. ”La virtualidad permitió que las producciones exploraran otros formatos, además de vídeos y podcast, hay historias de Instagram por ejemplo, producciones con mucho trabajo de edición y guionado previo. Las producciones se subieron a padlets creados para cada comisión que también resultó un soporte atractivo porque permite colgar producciones de diferente tipo y
dejar comentarios”, agregó.
dejar comentarios”, agregó.
En referencia a la diferencia entre la virtualidad y la presencialidad, nos dejó el siguiente concepoto: ”el cursado virtual permitió seguir trabajando en la docencia en un contexto inesperado y, para el que no estábamos preparados. Para que este tipo de cursado sea efectivo, es requisito imprescindible que tanto docentes como estudiantes cuenten con computadora y wifi; si el acceso a esos recursos no está presente, la virtualidad aumenta las desigualdades que ya estaban presentes en cuanto al acceso a los estudios superiores y, que se manifiesta en el alto porcentaje de estudiantes que dejan el cursado en los primeros años de las carreras universitarias”. ”Hay experiencias positivas, como las que comentamos sobre nuevos formatos; creo que hay prácticas que han llegado para quedarse: la clase teórica expositiva ha caído en desuso y puede ser reemplazada por videos. Igual los textos en papel. También está bueno que se amplíen las posibilidades de consultas virtuales (por Meet, Zoom, grupos de WhatsApp, etc.)”
Para finalizar, expresó: ”La presencialidad es irremplazable para el debate, el trabajo en grupo, la posibilidad de argumentar, defender opiniones e ideas sustentadas en datos o en teoría, todo esto específico del ámbito universitario; todo lo que tiene que ver con lo vincular, entre docentes y estudiantes y de estudiantes entre sí, el trabajo en clase, la apropiación del espacio de la Facultad como ámbito de interacción social, la corporalidad, todo eso se pierde en la virtualidad”.