“La prevención es la única forma de mitigar un futuro brote de dengue”

Hace casi veinte días se confirmaba en Tucumán el primer caso de dengue importado, es decir, que la persona ingresó a la provincia ya infectada con el virus. La notable disminución del tránsito de personas producto de la pandemia y el brote de dengue más importante de la historia que se registró el año pasado (teniendo en cuenta que la enfermedad es cíclica), llevan a pensar a los expertos que en esta ocasión tendremos un alivio en la cantidad de casos. Sin embargo, lejos de bajar la guardia, recomiendan prevenir e impedir que crezcan las poblaciones del mosquito transmisor de la enfermedad, el aedes aegyti.

La doctora en biología y docente de la UNT, Gabriela Quintana, señaló que este año no esperan un brote de la magnitud del 2020, “estamos en un momento interepidémico. En general se viene presentando cada 4-6 años y con una ventaja que es que, al menos en Tucumán, el dengue no es endémico. Se necesita un primer caso no autóctono para que inicie el brote”, describió.

Los últimos brotes de dengue que se registraron en la Provincia fueron en: 2009, 2016 y 2020. Quintana comentó que en general se ve una tendencia a brotes cada vez más frecuentes e intensos. “Probablemente este año no presentemos brotes, pero si casos dispersos. Es importante saber que lo que hagamos o dejemos de hacer hoy repercute en el siguiente brote. No podemos dejar que la población de vector se mantenga y mucho menos que crezca”, enfatizó.
La doctora en biología explicó que, en general, las patologías transmitidas por insectos son cíclicas, suelen tener ciclos de 4 , 5 y 10 años. Agregó que están influenciadas por el clima a nivel regional y continental y que también los patógenos que transmiten (virus, parásitos, bacterias) tienen sus ciclos asociados. “Tiene que darse la conjunción entre ellos para que la transmisión sea efectiva”, puntualizó.

La profesional comentó que es exactamente en el periodo actual en el cual no se debe dejar al azar las tareas de orden y de limpieza de nuestros hogares, porque estamos en el momento óptimo del insecto: “calor y humedad”. Describió que en Tucumán tenemos muchos sitios positivos (con presencia de huevos) y algunos con gran abundancia.

Las recomendaciones son las mismas desde hace años. Revisar al menos cada 3 días los hogares y alrededores. Descartar material en desuso o que pueda acumular agua, dar vuelta recipientes, revisar las canaletas y tapar los tanques. No descuidar las piletas de lona. Si mantienen recipientes con agua, como por ejemplo bebederos de animales, cambiar periódicamente el agua y refregar con cepillo las paredes internas donde suelen quedar los huevos. Cómo medida de protección personal utilizar repelentes y ante cualquier síntoma consultar al centro de salud más cercano.

Quintana precisó que el mosquito transmisor del dengue se encuentra tanto dentro como fuera de la casa, y que la hembra, que es la que pica, suele hacerlo en horas de luz y que prefiere las partes bajas del cuerpo. “Suelen refugiarse bajo mesas, mesadas y entre la ropa”, detalló.

Un mosquito adaptado al clima local
Una investigación sobre el mosquito transmisor de dengue relacionó la mortalidad de huevos y pupas con las condiciones climáticas del invierno porteño. Los resultados, publicados por el Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en el Journal of Thermal Biology, muestran que solo en momentos de olas de frío la mortandad es pronunciada. Pero un número significativo sobrevive y alcanza el estado adulto.

Quintana coincidió con los resultados de ese estudio y afirmó que en Tucumán los huevos pueden sobrevivir todo el año. “De junio a setiembre pueden estar latentes hasta que llegan los primeros días cálidos y húmedos para reactivarse, algunos huevos toleran y sobreviven hasta dos años”, señaló. En tanto que el mosquito adulto suele estar presente de setiembre a junio.

La profesional insistió en que este momento es el más importante para continuar con las acciones preventivas y que estas deben mantenerse todo el año, “porque sostener el hábito es la única forma y así podremos realmente mitigar un futuro brote”. Recordó la cercanía de Tucumán con provincias y países donde el dengue es endémico, y consideró fundamental el rol de vigilancia y control del Estado con la denuncia oportuna de casos, el cuidado y limpieza de casas y espacios públicos y las campañas de capacitación y educación de la población.

Monitoreo y prevención
Desde la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT e Instituto Miguel Lillo firmaron una serie de acuerdos con la municipalidad de Yerba Bueno y con el Sistema Provincial de Salud (SIPROSA) para trabajar en forma mancomunada en la prevención, monitoreo y control del mosquito transmisor del dengue y de otras enfermedades. Acordaron pautas de transferencia de investigaciones al medio y también la realización de campañas en escuelas y en la población sobre cuidado del ambiente y prevención de la enfermedad.

MÁS NOTICIAS