Desde Medios UNT, dialogamos con La Mg María Gloria Colaneri, Arqueóloga Forense, quien cuenta a la comunidad universitaria y a la sociedad en general sobre su profesión: Dónde se estudia, qué se hace, cómo se trabaja, detalló su experiencia personal, entre otros temas referentes a su campo. El diálogo lo hicimos en el marco del Día de Nacional del Antropólogo, que se celebró el 27 de agosto.
Para dar inicio, brindó la siguiente definición conceptual: ”La Arqueología Forense es una ciencia aplicada a la resolución de problemáticas sociales, de índole judicial, y una prestación de servicio social a toda la comunidad direccionada a la búsqueda de la verdad y la justicia”. ”La Arqueología Forense aplica las técnicas y métodos propios de la Arqueología dentro de un marco o contexto legal judicial, en el que dirige la investigación un juez o fiscal en relación a un presunto acto delictivo”, continuó.
Por otra parte, señaló: ”El arqueólogo forense es un perito experto en recuperación de indicios y evidencias en el lugar del hecho, principalmente en el análisis de restos esqueletizados y evidencias asociadas. Las y los arqueólogos forenses tienen un compromiso profesional de proporcionar informes de alta calidad técnica que se sostengan en juicios”.
A su vez, indicó: ”En la Universidad Nacional de Tucumán se cursa la carrera de Arqueología, en la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo. Es una carrera de grado de 5 años de duración, y en la que en los dos últimos años el o la estudiante orienta su trabajo final de carrera hacia el tipo de análisis que le interesa. Luego de egresar, puede especializarse en Arqueología Forense realizando por ejemplo posgrados, pasantías en instituciones forenses, entre otros, introduciéndose también en un campo interdisciplinario, aprendiendo a atender a intereses
específicos de la justicia, por ejemplo, y a otras disciplinas auxiliares”. ”Un profesional especializado en Arqueología Forense puede trabajar como docente e investigador en universidades e instituciones educativas de nivel superior, en instituciones privadas o estatales de investigación, en prestaciones de servicio como perito de la justicia federal o provincial, como consultor o asesor de casos judiciales específicos, como profesional en equipos interdisciplinarios forenses de instituciones estatales, privadas, fundaciones, etc”, añadió.
Sobre su experiencia, contó: ”En mi caso particular, me gradué como arqueóloga con una tesis sobre Antropología
Física y Funebria, donde ya orientaba mi actividad al análisis bioarqueológico de restos óseos y su contexto de aparición. Luego efectué estudios de posgrado nacionales e internacionales y pasantías en temáticas específicas de índole forense, principalmente en el campo de la bioarqueología forense, tanto morfométrica, genética y patológica”. ”Trabajo desde 2002 en Arqueología Forense en el marco de casos de la Justicia Federal, especialmente en Bioarqueología Forense, con delitos de lesa humanidad, presunta apropiación de recién nacidos en períodos temporales que no corresponden al último proceso cívico militar, e identificaciones de restos esqueletizados en general y asesoramiento de conservación preservativa. Siempre me desempeñé como perito de oficio, nunca de parte,siendo Jefa del Laboratorio de Bioarqueología Forense, Juzgado Federal Número 2 y Coordinadora General de Tareas Periciales de Campo y Laboratorio, y nexo con los laboratorios de identificación genética”, prosiguió.
Física y Funebria, donde ya orientaba mi actividad al análisis bioarqueológico de restos óseos y su contexto de aparición. Luego efectué estudios de posgrado nacionales e internacionales y pasantías en temáticas específicas de índole forense, principalmente en el campo de la bioarqueología forense, tanto morfométrica, genética y patológica”. ”Trabajo desde 2002 en Arqueología Forense en el marco de casos de la Justicia Federal, especialmente en Bioarqueología Forense, con delitos de lesa humanidad, presunta apropiación de recién nacidos en períodos temporales que no corresponden al último proceso cívico militar, e identificaciones de restos esqueletizados en general y asesoramiento de conservación preservativa. Siempre me desempeñé como perito de oficio, nunca de parte,siendo Jefa del Laboratorio de Bioarqueología Forense, Juzgado Federal Número 2 y Coordinadora General de Tareas Periciales de Campo y Laboratorio, y nexo con los laboratorios de identificación genética”, prosiguió.
También destacó su importante trayectoria en la profesión: ”Como trabajos en Tucumán puedo mencionar Pozo de Vargas y Ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, entre los más conocidos por la comunidad local”.
Para finalizar, manifestó: ”Cabe mencionar que la Facultad de Ciencias Naturales e IML cuenta con un Servicio de Asesoramiento Técnico Forense en la Reserva Experimental Horco Molle, en el marco del Área de Arqueología y Museología, donde los estudiantes de la UNT pueden acceder dentro del Programa de Formación de Recursos Humanos, así como la comunidad toda que requiera este tipo de servicios”.