“Es posible construir una universidad inclusiva”: un nodocente con Síndrome de Down cuenta su historia

La Dirección de Discapacidad e Inclusión Social, perteneciente a la Secretaría de Género, Derechos Humanos y Diversidades de la Universidad Nacional de Tucumán, puso en marcha varias acciones que prevén el ingreso y capacitación de personas con discapacidad. Sin ir más lejos, desde 2018, el director del área, Darío Mamaní trabajó en un proyecto, junto al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en el Programa de Inserción Laboral, para personas con discapacidad en entornos laborales competitivos. Como fue la incorporación de 20 personas que realizaron formación continua en temáticas como Higiene y Seguridad, Estrategias Administrativas y Autonomía Laboral. En todos los casos, la formación estuvo certificada y alcanzó el período de 8 meses.

En ese sentido, las unidades académicas se sumaron a la implementación de diversas políticas para incorporar acciones de inclusión social. Así fue como Mauricio Salas Pedraza, estudiante de la carrera de Abogacía en la UNT llegó a convertirse en nodocente de la Facultad de Medicina. Aquí te contamos su historia. 

Para Mauri, como lo llaman sus amigos y compañeros, un joven entusiasta con Síndrome de Down, todo cambió cuando empezó a trabajar en la Universidad. Comenzó sus estudios en el Colegio Nueva América, y continuó en el Instituto Argentino Árabe donde terminó el nivel primario e hizo la secundaria. Durante estos años, el joven buscó oportunidades para insertarse en el mercado laboral. Luego de la pandemia ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT, donde aprobó primer año. Meses después, integró el Programa de Entrenamiento Laboral, que se caracteriza por tratarse de un proceso progresivo de actividades dentro de nuestra Casa de Estudios, y logró sumarse a la planta de trabajadores de la Facultad de Medicina.

Respecto a esta experiencia que combina el trabajo y el estudio, Mauricio habló con Medios UNT y destacó su alegría por formar parte de la institución desde lugares diferentes: “Estoy en Mesa de Entradas; comencé hace algunos meses, en abril. Realizo tareas administrativas, trabajo en la computadora, con planillas, entrego y muevo expedientes entre las oficinas. Me gusta la informática y sueño con investigar más sobre el tema. Me gusta el animé y los juegos virtuales".


En la rutina diaria, Mauricio cumple con sus tareas de lunes a viernes en el horario matutino. Llega caminando a la oficina de la Facultad, ya que vive en Barrio Sur con su mamá, Liliana Pedraza. Los fines de semana pasa tiempo con sus hermanos, primos y tíos, y con su papá. También se toma un tiempo para dedicarse a la música como tecladista en una banda donde se sumó hace como un año y medio.
Al respecto su madre manifestó: "Formó el grupo con sus compañeros de un Centro de Día al que solía ir. Se llaman 'Los Leones', es una banda inclusiva que se dedica a cantar cumbia. Está muy contenido por sus amigos, y en el ámbito laboral por Martín y Héctor; se maneja perfectamente con todos los compañeros". 


El Decano de la Facultad, Dr. Mateo Martínez destacó, por su parte, la importancia de contar con la trayectoria de Mauricio en la unidad académica. “Nosotros comenzamos a honrar nuestro compromiso con la salud social. Conocimos a Mauricio, quien se destaca por resolver distintas gestiones, va y viene trabajando. Tiene una veta muy humana; de hecho, es músico y se presentó en el aniversario de nuestra Facultad. Es un integrante más de la institución donde se ganó el respeto y cariño de todos”.

Finalmente, Héctor Carranza, compañero del estudiante habló de los roles que cada integrante cumple en Mesa de Entrada. “Mauricio maneja perfectamente el sistema, los procesos con los que se llevan a cabo los expedientes y diplomas. También hace entregas en las dependencias y completa los remitos. La relación y participación que tiene en la comunidad es importante. Además, hay mucha aceptación por parte de los compañeros y eso hay que destacar". 


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