Los primeros años de la historia de la Universidad Nacional de Tucumán

Autoridades nacionales y provinciales se dirigen al acto de fundación de la Universidad Nacional de Tucumán. Fue el 25 de Mayo de 1914.

En el decenio de 1870, se registró un antecedente de lo que posteriormente sería el inicio de la educación universitaria en Tucumán. En esa época comenzaron a dictarse "cursos libres" de Derecho en el Colegio Nacional, y tres años más tarde, la Sala de Representantes aprobó una ley que instituyó "la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas, que servirá de plantel a la Universidad Provincial que se fundará después en esta capital". No obstante, en 1882, el Gobierno Nacional desautorizó la continuación de dichos cursos, determinando que, para la obtención de los títulos universitarios habilitantes, los alumnos debían rendir sus exámenes en la Universidad Nacional de Córdoba, con lo cual el proyecto quedó suspendido.

La aspiración de la provincia de contar con su propia casa de altos estudios, como una forma de construir una autonomía cultural del norte argentino, tuvo un fuerte impulso desde el círculo intelectual denominado "Generación del Centenario", cuyo punto de referencia era la Sociedad Sarmiento.

La Universidad Nacional de Tucumán tuvo por gestores fundamentales a los legisladores provinciales Juan B. Terán y Joaquín V. González quienes, en 1908, siendo diputados de la Legislatura de la provincia de Tucumán, presentaron el proyecto de ley.

Desde su origen tuvo que enfrentar serias resistencias, que lograron postergar por cinco años la aprobación del proyecto, dado que la mayoría de la Legislatura local lo rechazaba. Sin embargo, la oposición más enérgica provino en aquel entonces de la Capital Federal, que no toleraba la pérdida de su monopolio académico y se resistió a una creación que, de por sí, representaba un avance hacia la descentralización y el federalismo en el terreno de la ciencia.

El 2 de julio de 1912, fue promulgada la ley de su creación por el gobernador José Frías Silva. Al año siguiente, en 1913, siendo gobernador Ernesto E. Padilla, se constituyó el primer Consejo Superior, que designó como primer Rector al Dr. Juan B. Terán.

El 25 de mayo de 1914, siendo presidente de la República Argentina el Dr. Roque Sáenz Peña, se inauguró oficialmente la Universidad de Tucumán. El rector Dr. Juan B. Terán afirmó que ‘como de toda fundación intelectual, la apertura de la casa es el punto de partida de una evolución indefinida’. Fueron firmantes del Acta de Fundación su primer Rector y su secretario Lucas Penna, acompañados por Ernesto Padilla, Joaquín V. González, Raúl Colombres, Miguel Mario Campero, José Padilla, Sisto Terán, Manuel Páez de la Torre, J. Santamarina y otros.

Fotografía de los primeros alumnos de la Universidad, posando en las puertas del entonces Departamento de Higiene, actual edificio del Rectorado. Año 1914.

El proyecto fundador, sintetizado en el lema Pedes in terra ad sidera visus (Los pies en la tierra y la mirada en el cielo), le asigna una vocación regional, el carácter de universidad moderna comprometida con el desarrollo de su medio local y regional, atenta a la ciencia de la época y abierta al mundo. Las clásicas funciones de docencia, investigación y extensión estuvieron presentes desde su concepción y posterior inauguración.

La nueva universidad provincial nacía de un conglomerado de instituciones como el Instituto Agroindustrial, donde se dictaba la carrera de ingeniería con orientación a la industria azucarera, el museo de ciencias naturales a cargo del naturalista Miguel Lillo, el archivo histórico de la provincia y los cursos de ciencias sociales.
El escudo de la Universidad, que data de 1949, es obra del Pof. Elio Rodríguez Marquina.

Con el estallido de los sucesos que dieron lugar a la Reforma Universitaria de Córdoba en 1918, el rector Terán solicitó su nacionalización al Congreso Nacional, siendo acompañado en el pedido por la flamante Federación Universitaria de Tucumán y la Federación Universitaria Argentina (FUA). 

Nacionalizada en 1921 con la promulgación de la Ley 11.027, la UNT comienza una nueva época en donde la docencia y la investigación van a ser sus objetivos centrales. Se diría entonces que la Universidad de Tucumán es la "primera Universidad hija de la Reforma". La Reforma Universitaria también significó el ingreso de los estudiantes al gobierno de la Casa de Estudios, circunstancia que no estuvo exenta de tensiones con los docentes, llegando en 1929, a una huelga estudiantil y la toma de los edificios de la universidad, lo que motivó la renuncia de Juan B. Terán al Rectorado.

El proceso de nacionalización de la Universidad concluiría en 1935, bajo el segundo gobierno de Miguel Mario Campero. Mediante la Ley Provincial N° 1.566, de septiembre de 1935, la Provincia hizo entrega de la universidad a la Nación y la cesión de los bienes inmuebles pertenecientes a la provincia de Tucumán, tales como el actual edificio del Rectorado y las instalaciones en el Parque 9 de Julio, destinados a convertirse en las sedes de las distintas dependencias universitarias. También, en 1938, se crearon las facultades de Bioquímica y Derecho, recibiendo una subvención del gobierno provincial, aunque ésta fue suspendida. 

                                                                                                                                 









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