Su nombre es María Michele Arredondo, tiene 22 años y está cursando quinto año de la carrera de Abogacía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Tucumán. En su camino hacia el título de grado alcanzó el reconocimiento con el acceso a una Beca de la Fundación Botín, creada en 1964 por Marcelino Botín Sanz. Hoy en día mantiene su foco en la región, aunque actúa en toda España y América Latina, contribuyendo con su actividad al desarrollo integral de la sociedad, explorando nuevas formas de detectar talento creativo y apostar por él para generar riqueza cultural, social y económica.
En este marco, la estudiante, que se define como fanática del fùtbol, los mates y la lectura, charló con Medios UNT y contó todos los detalles que le permitieron acceder a esta propuesta de formación profesional.
¿En qué consiste la Beca de Fundación Botín, y cómo consideras que puede aportar a tu crecimiento profesional?
“El Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina, tiene como objetivo contribuir al fortalecimiento de las instituciones y a la mejora del desarrollo social, económico y sostenido de la región, fomentando que los mejores jóvenes universitarios latinoamericanos se comprometan en sus sociedades desde lo público, todo ello con integridad, proactividad y vocación de servicio.
Los participantes reciben una formación en la que se imparten contenidos académicos en 5 áreas: Políticas Públicas, Ética Pública, Creatividad e Innovación, Liderazgo y Habilidades personales, y Tendencias Globales y Sostenibilidad, todo ello dirigido a ampliar su conocimiento sobre los principales retos de la función pública y reflexionar sobre el rol del Estado en la actualidad.
Particularmente, considero que esta beca me ayuda a crecer enormemente no tan solo en lo académico sino también en lo personal. Buscan que te formes como un futuro profesional íntegro y comprometido con tu sociedad, desarrollando habilidades de liderazgo con un profundo sentido de responsabilidad, empatía y servicio”.
¿Cuáles fueron las etapas que atravesaste para clasificar? ¿Qué pasos debes seguir ahora?
“El programa presenta distintas etapas:
Cuando se abre la convocatoria, completamos un formulario con datos personales, formación, experiencia (practicas e iniciativas sociales), formación cualitativa (preguntas como, por ejemplo: “Aunque no contara con aprobación popular, ¿qué decisión tomaría por el bien de su país?.) y agregar documentación necesaria para postularse como ser autorización de la facultad. Además, en esta etapa es necesario realizar una acción de impacto en tu sociedad y poder mostrarla a través de un video. Esta parte usualmente comienza los primeros días de marzo y cierra a principios de mayo. Después la Fundación evalúa todas las postulaciones (este año fueron más de 11.200 candidaturas de 20 nacionalidades diferentes) y realiza una preselección.
En la segunda fase del proceso de selección, se realiza otra actividad que cambia todos los años, en este tuve que hacer un video de un minuto contando la historia de mi vida. Además, agendas una fecha para tener una entrevista personal con los de la Fundación, la cual no es como una entrevista tradicional, sino que hay preguntas distintas y divertidas. De ahí puede o no haber otra etapa, este año tuvimos un encuentro virtual con todos los postulantes preseleccionados y en distintos grupos teníamos que resolver una problemática que la Fundación nos planteaba.
En si todo el proceso de la postulación es largo, pero es un camino donde uno si o si sale aprendiendo nuevas cosas y sin dudas creces enormemente en el medio. Yo aprendí desde ir a pedir una nota al rector de la facultad, a cuestionarme ciertas cosas que daba por sentado mediante las preguntas que se hacen en la convocatoria.
Si bien mucha gente piensa que esta beca es para estudiantes de ciencias sociales, en realidad está destinada a cualquier carrera universitaria. Es una beca que busca formarte como servidor público, y eso es necesario en cualquier profesión”.
¿Qué te inspiró a seguir esta convocatoria? Y ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que quieren vivir experiencias similares?
“Me inspiró apostar por mi futuro y el de mi país. Me gusta formarme lo mejor posible, y considero que esta beca me brinda lo que busco, ya que no solo me da herramientas profesionales y la posibilidad de conocer otras personas, sino también formarme como persona.
A los jóvenes de mi generación les diría que sean curiosos, que se animen, que por más que parezca imposible no pierden nada intentando. Este mundo de las becas no es para nada fácil, pero no porque sea para gente extraordinaria o académicamente brillantes, sino porque es para la gente que no se da por vencida. Este camino es intentar y volver a intentarlo y seguir perseverando hasta que se dé. Y que si algo aprendí todo este tiempo es a disfrutar el proceso más que el resultado en sí.
También me gustaría decirles que una beca no te define, quedar o no en estas cosas no te hace mejor, sino es uno el que da el valor a las cosas. Muchas veces no se va a dar y no por eso hay que desmotivarse o pensar que uno no es valioso”.