La Universidad Nacional de Tucumán participa de forma ininterrumpida por 30 años en las Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM). Este año, la UNT sumó el mayor registró de participantes en la historia de las Jornadas con 55 trabajos presentados y la presencia de 50 estudiantes de grado y de posgrado. El encuentro comienza hoy (11 de octubre) y se extiende por dos días más. Se trata de las 30º Jornadas que en esta ocasión tienen como sede la Universidad Nacional de Asunción (UNA, Paraguay).
Las Jornadas de Jóvenes Investigadores AUGM se llevan a cabo de forma ininterrumpida desde 1993. En esta oportunidad la consigna postulada es “Investigación científica sustentable para una mejor calidad de vida”. En total se presentaron 665 trabajos: de Argentina (224), Bolivia (37), Brasil (164), Chile (25), Paraguay (180), y Uruguay (35).
El nutrido contingente tucumano partió ayer a la tarde desde la sede del Museo de la UNT, San Martín 1545, agrupado en tres combis. Los estudiantes viajan acompañados por dos docentes y una coordinadora, la doctora e investigadora, Silvia González. La participación de los tucumanos es posible gracias al aporte económico que realizaron las autoridades de la UNT, la organización está a cargo de la Secretaría de Relaciones Internacionales que conduce Horacio Madkur y de la Secretaría de Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica (SCAIT) de nuestra Universidad.
Madkur señaló: “somos la universidad nacional que más contingente lleva hoy en la historia de las Jornadas de Jóvenes Investigadores AUGM. Los proyectos presentados son coordinados por la SCAIT y están financiados por nuestra Universidad”. Recordó que el año pasado viajaron 40 estudiantes para participar de las mismas jornadas, que en esa ocasión se realizaron en Sucre, Bolivia.
Jóvenes que buscan mejorar la calidad de vida
Los tucumanos presentaron interesantes proyectos de investigación. Entre las iniciativas podemos mencionar: un estudio de la vinaza para emplearla como medio de cultivo para la producción de un inoculante agrícola, los combustibles fósiles, la contaminación ambiental y un análisis de las medidas necesarias para sanear esa industria. Otro de los tópicos abordados fueron las tecnologías disruptivas: las políticas públicas frente al desempleo tecnológico derivado de la IA y una reflexión sobre el uso de robots y los temas impositivos. Además, se incluyó el estudio de la biodegradación de un antiparasitario de amplio uso, como la Ivermectina
