Esta mañana, en el anfiteatro Arnaldo Legname de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia, se llevó a cabo el cierre del ciclo 2023 del programa “Las científicas y los científicos van a las escuelas”, que además cumple 15 años desde su lanzamiento. Estuvieron presentes la Dra. María Alejandra Moyano, coordinadora del programa; la Ministra de Educación de la Provincia, Prof. Susana Montaldo; el Director de Educación Primaria de la provincia, Lic. Carlos Díaz; y, en representación de la Dirección de Educación Secundaria del Ministerio de Educación, el Lic. Marcelo Juárez.
Dirigido a escuelas de nivel inicial, primario, secundario y a institutos de formación superior, el programa este año se ha implementado en 26 instituciones de la provincia. Las actividades realizadas se basaron en temas que forman parte del currículo escolar y están relacionadas con diversas disciplinas científicas.
“Nuestros científicos, en colaboración con los docentes, han realizado una labor excepcional. Este año, el balance es muy positivo. Hemos logrado un crecimiento mutuo entre docentes y científicos, formando equipos donde cada uno aporta sus conocimientos específicos, lo que beneficia enormemente a nuestros alumnos”, destacó la Dra. Moyano.
En cuanto a continuar con el programa en 2024, la coordinadora contó que tuvieron conversaciones con el Ministerio provincial y están a la espera de decisiones a nivel nacional, dado los recientes cambios en el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
“Queremos seguir tendiendo puentes entre la universidad y el sistema educativo en todos sus niveles, promoviendo así las vocaciones científicas entre los estudiantes de la provincia. Este programa no solo cumple con uno de los pilares fundamentales de la universidad, que es la extensión, sino que también nos permite compartir nuestros conocimientos y saberes científicos con la comunidad educativa”, subrayó.
Por su parte, el Director de Educación Primaria destacó que la importancia del programa “Las científicas y los científicos van a las escuelas” se sustenta en el aporte de su conocimiento y en que acompañan el proceso pedagógico de los docentes, mostrando que, a pesar de su especialización, son personas accesibles y comunes.
“Esto sirve de inspiración para nuestros alumnos y abre la puerta a nuevos proyectos y mejoras. Apostamos a que esta articulación con la UNT mejorará los rendimientos académicos y la oferta pedagógica en las escuelas. Nuestra intención es apoyar y mantener estas iniciativas que han demostrado ser exitosas durante varios años y que esperamos continúen creciendo”, señaló.
Asimismo, esta colaboración atiende una de las finalidades de la educación secundaria: preparar a los estudiantes para la continuación de estudios superiores. “Es vital que la Universidad Nacional de Tucumán, a través de sus unidades académicas, comparta con la educación secundaria sus conocimientos y experiencias. Así fomentamos en nuestros estudiantes las vocaciones científicas y la continuidad en los estudios superiores”, aseguró el Lic. Juárez.
Por último, el representante de la Dirección de Educación Secundaria ponderó que promover el interés y la curiosidad en la ciencia entre niños y adolescentes fortalece el sistema educativo. “Nuestros currículos ya incluyen la ciencia como una construcción humana en constante evolución, invitando a la reflexión sobre el conocimiento científico”, concluyó.
El programa aspira a mejorar la enseñanza de las ciencias en las aulas, promoviendo una participación activa en el proceso de aprendizaje. Esto incluye estrechar los lazos con la comunidad científica y fomentar un interés general por la ciencia y el desarrollo del pensamiento crítico tanto en estudiantes como en docentes.
Durante la primera fase, los científicos trabajaron directamente en las aulas con los alumnos, a través de talleres empíricos que incluían entrevistas personales y charlas dirigidas a la comunidad educativa. Además, se realizó un trabajo específico con los docentes, proporcionándoles herramientas necesarias para la enseñanza de sus clases de ciencia. Esto permitió que los docentes implementaran prácticas científicas en el aula, asegurando que estas actividades se puedan replicar en diferentes grupos escolares a lo largo del tiempo.