El miércoles pasado un grupo de egresados de la promoción 1967/1974 del Gymnasium Universitario realizó una donación a la institución con motivo de cumplir las bodas de oro de su graduación.
El acto sirvió, además, para celebrar los 76 años de la fundación del colegio y como previa a la semana que dará inicio el 20 de mayo próximo.
La ceremonia contó con la presencia del rector, Ing. Sergio Pagani; el director del Gymnasium, Luis Allier, la escultora y restauradora Beatriz Cazzaniga, autora de una obra de arte que adorna, desde ahora, el frente del edificio.
“Es un gesto de agradecimiento no solo por los recuerdos que les trae, sino también por la formación que han recibido y que tanto valoran. El sentido de pertenencia es fundamental en nuestras escuelas preuniversitarias. Siempre notamos que los estudiantes, sin importar la promoción a la que pertenezcan, hablan con mucho cariño y gratitud sobre sus experiencias en los colegios”, subrayó Pagani.
En ese sentido, agregó: “esto no es algo que suceda en todos los colegios de la provincia, pero afortunadamente sí en los nuestros. Este tipo de iniciativas ayuda a mantener vivo ese espíritu de pertenencia, permitiendo que los estudiantes se sientan libres dentro del colegio, aprendan a ejercer su libertad y se formen como ciudadanos críticos, capaces de contribuir al bienestar de la nación”.
A su vez, el director de la institución destacó el gesto de los egresados del año 1974. “Querían hacer un regalo al colegio que tuviera simbolismo y envergadura, y decidieron obsequiarnos una hermosa obra de arte que se colocará en la fachada de la institución”, señaló.
Asimismo comentó que los festejos por el aniversario del colegio están programados para fines de mayo, durante la semana que los alumnos celebran.
Por último, Carlos Amaya, uno de los ex alumnos que cumplieron 50 años de egresados. “El Gymnasium significó mucho para nosotros, fue como una segunda familia que aún recordamos con cariño. No es casualidad que varios de nosotros hayamos enviado a nuestros hijos aquí y recomendado la institución a familiares. Llevamos al colegio en lo más profundo de nuestro corazón y nos beneficiamos enormemente de la educación que recibimos aquí”, aseguró.
Ha pasado medio siglo desde que egresaron, hubo cambios significativos en la vida del colegio, pero el espíritu sigue siendo el mismo. “Cada vez que asistimos a un evento como el Locro o el 25 de mayo, revivimos momentos entrañables y vemos cómo aquellos chicos con los que jugábamos se han convertido en adultos realizados”, concluyó Amaya.
Un símbolo en que vuelve
La obra consiste en una escultura única creada por la renombrada escultora y restauradora Beatriz Cazzaniga. El proceso para seleccionar el presente fue tan variado como inspirador. Inicialmente, consideraron opciones utilitarias y hasta una colección de libros, pero finalmente optaron por una idea que capturaba la esencia y la historia del colegio. Rememorando una imagen mural del Discóbolo de Mirón que antaño presidía el edificio de 25 de Mayo 621, decidieron devolverla a su lugar, pero con una mejora significativa.
Finalmente, el Dr. Rodolfo Novillo, quien dirigió unas palabras durante el acto, recordó la historia y el simbolismo detrás del emblema del colegio, desde su adopción en 1949 hasta la incorporación del Discóbolo dos años después. Destacó la evolución del distintivo colegial y la importancia de este gesto de homenaje y agradecimiento hacia el Gymnasium de la UNT en el 50° aniversario de egresados.