El 4 de junio se celebra el Día Nacional de la Vinculación Tecnológica, una fecha instituida en honor al físico y tecnólogo argentino Jorge Alberto Sábato, quien nació precisamente un día como hoy, en 1924.
En ese contexto, el director de la Unidad de Vinculación Tecnológica de la UNT, Dr. Julio Marcelo Soria destacó la trayectoria de Sábato y su visión del desarrollo científico-tecnológico.
Sábato fue un pionero en la promoción de la vinculación tecnológica, es decir, la aplicación del conocimiento científico y tecnológico para impulsar el desarrollo de América Latina. Junto a Natalio Botana, desarrolló el reconocido “triángulo de Sábato”, un modelo que describe las relaciones entre el gobierno, la ciencia-tecnología y la estructura productiva, y que aún hoy se considera fundamental para comprender los procesos de innovación.
En reconocimiento a su invaluable aporte, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) declaró, en 2019, al 4 de junio como Día Nacional de la Vinculación Tecnológica. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre la importancia de estrechar los lazos entre la universidad, el sector público y el privado para fomentar el desarrollo científico-tecnológico y su aplicación en beneficio de la sociedad.
La vinculación tecnológica se consolida como una de las funciones claves de la universidad pública. Extender los márgenes de sus aportes y visibilizarlos, es imprescindible. Como bien expresaron Sábato y Botana en 1968: “El desarrollo tecnológico no es sólo desarrollar empresas, es crear vínculos”.
“Enfocada como un proceso político consciente, la acción de insertar la ciencia y la tecnología en la trama misma del desarrollo significa saber dónde y cómo innovar. La experiencia histórica demuestra que este proceso político constituye el resultado de la acción múltiple y coordinada de tres elementos fundamentales en el desarrollo de las sociedades contemporáneas: el gobierno, la estructura productiva y la infraestructura científico-tecnológica. Podemos imaginar que entre estos tres elementos se establece un sistema de relaciones que se representaría por la figura geométrica de un triángulo, en donde cada uno de ellos ocuparía los vértices respectivos“. (Sábato, J; 1968).
El “Triángulo de Sábato” nos recuerda que la innovación surge de la interacción entre el gobierno, que establece políticas y asigna recursos; el sector científico-tecnológico, que genera conocimiento y desarrolla nuevas tecnologías; y las empresas, que ponen en práctica estos avances para crear productos, procesos o servicios innovadores.