Una geóloga de la UNT capacitó sobre yacimientos no convencionales

Karina Anis es geóloga graduada en la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT y se desempeña en la empresa YPF, desde que completó su carrera. Actualmente, trabaja en desarrollo no convencional para la cuenca neuquina Vaca Muerta, desde las oficinas de la empresa en Buenos Aires. La profesional dictó ayer una charla en la Facultad de Ciencias Naturales e IML de la UNT sobre desarrollo no convencional en yacimientos y sobre la inserción laboral del geólogo en el sector privado.

En conversación con Medios UNT, Anis dijo sentirse orgullosa de la formación recibida en nuestra Universidad que le permitió desempeñarse con éxito en el sector privado, en el yacimiento de Vaca Muerta y consideró necesario contar a los profesionales y estudiantes de geología sobre las oportunidades laborales y los temas importantes de la disciplina.

La charla, organizada por el capítulo estudiantil de la Society of Exploration Geophysicists y se refirió al desarrollo de Vaca Muerta como ejemplo de desarrollo de yacimientos no convencionales. “Los yacimientos no convencionales tienen mucho contenido de hidrocarburo y hace falta estimularlos hidráulicamente para que produzcan, esa es la principal diferencia con respecto a un yacimiento convencional como puede ser el de la cuenca del Golfo de San Jorge”, indicó.

Anis indicó que la idea es difundir sobre lo que se está hablando en general en los medios de comunicación -como el yacimiento Vaca Muerta- ya sea por los inversores o por la visita de gente importante. “La idea es acercarlos desde el punto de vista geológico y desde mi lugar (ahora estoy como intérprete geofísica) y quiero mostrarles a los alumnos que hay un campo poco conocido en el que pueden ir desarrollándose”, indicó.

La profesional sostuvo que la tarea del intérprete geofísico consiste en analiza las líneas sísmicas, las imágenes del subsuelo, lo que posibilita interpretar lo que ocurre en la profundidad del terreno. “Pensemos que Vaca Muerta se produce a 3.000 metros de profundidad, entonces necesitamos saber cómo está el terreno. Obtenemos una imagen sísmica que nos permite procesar los datos y conocer las estructuras con las que contamos, dónde podemos ir y dónde encontrar hidrocarburos”, puntualizó.

MÁS NOTICIAS