“Como un caballo desbocado, a veces independiente de todo control e inclusive de la ciencia, la tecnología avanza y nos sorprende a diario. La ética puede ayudarnos, pero con limitaciones. Es necesario reflexionar sobre la tecnología y el impacto en la sociedad”, comenzaba su alocución el vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT, Eduardo Martel. Era en la jornada denominada “Quo vadis Technologia: ciencia, tecnología y ética, una confluencia necesaria”, que se realizó este fin de semana en el Cultural Virla de la UNT.
La disertación central estuvo a cargo del doctor en física nuclear, escritor y psicoanalista, Gerardo Arenas. Entre los panelistas y el público en general asistieron profesionales de la FACET, de la Facultades de Psicología, Filosofía y Letras, Derecho y Educación Física. La referente de la SCAIT, Mónica Tirado, dio la bienvenida a los participantes y el tema introductorio estuvo a cargo del vicedecano de la FACET. El moderador del encuentro fue Jorge Brahim y los panelistas fueron: Catalina Hynes, Paola Coronel, Horacio Brizuela, Alejandra Silva y Gustavo Dibi.
Arenas comentó que hay miradas demonizadoras y otras que ven una panacea en el uso de la inteligencia artificial (IA). “Hay quienes piensan que va a resolver todos los problemas y trabajos de manera muy sencilla y hay quienes temen que las máquinas tomen el control del mundo y se opongan al hombre, esta última visión sacada de las películas de ciencia ficción. Es indiscutible que la IA hizo cambios en la gente, en los empleos y en la vida cotidiana”, indicó.
Arenas afirmó que oficios como el de traductor se van a ir perdiendo, inclusive el redactor de noticias, pero sostuvo que siempre se va a necesitar un corrector que revise la tarea. “Lo que no va a suceder es que haya una traducción con un hermoso estilo, va a ser una superposición de estilos ya adquiridos, sin ninguna personalidad, lo mismo respecto de los periodistas, de la investigación que se haga de una noticia”, puntualizó. Y agregó: “la IA puede darnos mucha información en poco tiempo y organizarla muy bien, eso es lo bueno que tiene, pero nunca va a salir una hipótesis, una problemática, ni siquiera una idea de la inteligencia artificial”.
Martel comentó “nosotros como Universidad y generador de conocimientos, vemos con mucho agrado el avance de la tecnología, pero hay algunos aspectos que nos preocupan del uso que se da de esos desarrollos, por ejemplo, con la inteligencia artificial. Si bien puede ser de muchísima contribución, también puede convertirse en una amenaza para la subjetividad humana y la individualidad y, nos debíamos un espacio de debate como éste”.
La panelista de la jornada, psicóloga y doctora en Humanidades, Paola Coronel, indicó que “el desarrollo de la tecnología es innegable y el impacto ya lo estamos viviendo, entonces la pregunta es cómo tomamos a la inteligencia: ¿será una aliada o un rival? Pienso que más allá del desarrollo tecnológico que podamos tener, las personas siempre van a necesitar de otras personas, de la atención humana, del trabajo en equipo, que nos escuchen y también poder hablar y eso es lo que hace a la experiencia de lo plenamente humano”, concluyó.
