Gerardo Arenas visitó Tucumán para reflexionar sobre la confluencia necesaria entre ciencia, tecnología y ética en el marco de la charla Quo vadis tecnología, invitado por las facultades de Ciencias Exactas y Tecnología y de Psicología de la UNT. En un ambiente distendido de mesa panel, acompañado por reconocidos profesionales tucumanos, Arenas opinó sobre el avance tecnológico, la inteligencia artificial y sobre las individualidades que nos hacen humanos y que es necesario salvaguardar. A continuación, parte de la charla de Medios UNT con el psicoanalista, doctor en física nuclear y especialista en inteligencia artificial (IA).
M.UNT ¿Cuál es el impacto real y cuál sería una mirada desmedida sobre el impacto de la inteligencia artificial en nuestras vidas?
G.A Hay fantasía de todos los colores acerca de lo que puede ocurrir con la inteligencia artificial. Lo que más he escuchado es, por un lado la idea de una panacea que va a resolver una enorme cantidad de problemas de una manera sencillísima, lo cual puede tener algo de cierto, pero para ámbitos muy acotados. O bien que va a introducir una revolución dentro de la educación, porque ahora la gente va a poder hacer sus trabajos con inteligencia artificial y la elaboración ya no va a depender de su creatividad, sino de cómo sepan manejar un chat, por ejemplo, eso sí me parece ya rosa el terreno de lo absurdo. Creo que si hay alguna profesión que no va a ser reemplazada nunca por la existencia y la difusión de la inteligencia artificial es la de profesor.
También hay muchos temores en torno a la IA, un poco estimulados por películas que arman distopías donde las máquinas toman el control del mundo y se oponen a los hombres. Pienso que forma parte de los miedos habituales que tiene la humanidad y que se van desplazando por momentos de un lugar a otro. En un momento eran las máquinas de vapor, antes era el fuego y así siguiendo…
M.UNT Con las revoluciones como la industrial y la tecnológica se dieron cambios enormes en los trabajos, ¿cómo la IA va a repercutir en lo laboral o cómo ya lo está haciendo?
G.A. Ya está repercutiendo. Hay oficios, por ejemplo, que en estos momentos son mal pagos, que van a ser pésimamente pagos en el futuro. El oficio de traductor está teniendo enormes transformaciones. Las traducciones hechas con inteligencia artificial realmente ya son bastante buenas, van a necesitar siempre un corrector (porque la máquina no entiende el sentido de las palabras), pero ese oficio se va a quedar reducido al de un revisor de la traducción hecha por la inteligencia artificial.
Con el redactor de noticias podría pasar algo similar. Lo que no va a suceder es que haya una traducción con un hermoso estilo, sino que va a ser una superposición de estilos ya adquiridos, sin ninguna personalidad. La inteligencia artificial puede darnos mucha información en poco tiempo y organizarla muy bien, eso es lo bueno que tiene, pero nunca va a salir una hipótesis, una problemática, ni siquiera una idea de la inteligencia artificial.
M. UNT Hace poco, gracias a la tecnología, un médico operaba un pulmón a distancia desde Shanghái, pero otras veces se usa para el ciberdelito o para fines bélicos, ¿es necesario establecer límites para su uso, nos debemos un debate ético?
G.A El fuego fue un descubrimiento fantástico, nos permitió cocinar los alimentos y hacer alfarería, después lo usamos para quemar brujas, que y ya no fue tan bueno. También para crear bombas de neutrones que arrasan poblaciones enteras. Eso no depende de la inteligencia artificial en sí, sino de los usos que le demos y no está definidos por el instrumento.
Pienso que sería bueno discutir cuestiones éticas, pero cada vez que se piensa como deberían hacerse las cosas, luego no se respeta. Si no, no tendríamos el cambio climático que tenemos.
M.UNT Sobre su libro “Psicoanálisis y ciencia: el falso antagonismo”, ¿cómo o de qué manera estas disciplinas tienen un hilo conductor?
G.A. Tuve la suerte o la desgracia, según como se lo mire, de haberme formado en ciencia y en psicoanálisis, conocer ambas cosas desde adentro y no por prejuicios. Se le han hecho muchas críticas injustificadas al psicoanálisis por el hecho de no ser una ciencia, pero el psicoanálisis no pretende serlo. La ciencia se ocupa de cosas para las cuales está muy bien que se ocupe. Pero para, poder funcionar como tal, tiene que dejar de lado justamente las cosas de las que se ocupa el psicoanálisis: lo subjetivo y lo singular.
La ciencia consiste en ensayos que luego pueden repetirse con idénticos resultados. Yo no puedo hacer la repetición de una sesión de análisis, pero tampoco puedo hacer la repetición de un acto de la vida, la primera vez que lo hago es un acto y la segunda vez es una pantomima. Entonces la vida no se lleva bien en este sentido con las categorías de la ciencia.
M. UNT ¿Cuál es la importancia que tiene la ciencia para la independencia de un país?
G.A. Un país sin desarrollo científico está condenado a la pobreza y a la dependencia. Entonces creo que muchos de los gobernantes, sobre todo actuales, no tienen la menor idea de esa dimensión del valor de la ciencia básica, más allá de sus aplicaciones. Reivindico el valor que tiene hacer una hipótesis sobre cosas que son aparentemente muy alejadas de lo pragmático, de lo útil, porque esa es la manera que tenemos los seres humanos de ser humanos.