Este 22 de noviembre la gratuidad universitaria en la Argentina cumple 75 años. Un hecho establecido a través del Decreto Presidencial Nº 29.337 de 1949 suprimiendo así el cobro de aranceles en las instituciones de Educación Superior. Surge como un instrumento de igualdad social, cultural y política. Es fundamental para el acceso a la educación porque garantiza la inclusión y la movilidad social.
En este marco, la decana de la Facultad de Psicología, Mg. Silvia López de Martín expresó la importancia de conmemorar esta fecha y la relevancia que manifiesta en la historia de nuestro país. “La educación universitaria pública y gratuita es uno de los pilares del progreso en Argentina. Lejos de ser una carga para el Estado, ha demostrado ser un motor clave de movilidad social ascendente, innovación y desarrollo científico. La gratuidad no sólo revolucionó la universidad argentina, sino que resonó en toda la región instando a otros procesos populares a generar sistemas públicos de educación superior, aunque con algunas restricciones para su ingreso. Es por eso que la particularidad del sistema argentino se centra en tres pilares fundamentales: la autonomía, la gratuidad y el acceso irrestricto, como única garantía de la democratización del sistema. Incluso en la actualidad seguimos siendo el faro de los movimientos estudiantiles latinoamericanos, como el chileno y el colombiano, que poseen sistemas educativos de exclusión, donde familias enteras se endeudan de por vida para poder llegar a la universidad”.
En este sentido, la docente universitaria enfatizó en los aportes que la Casa de Estudios ha trazado en estos 110 años. “Para la UNT la gratuidad rompe una barrera para el acceso a la educación superior como así también las políticas complementarias que aplican como son las becas, boletos estudiantiles, acción social para estudiantes entre otros. La gratuidad universitaria es un derecho fundamental que garantiza el acceso a la educación superior sin barreras económicas. Es un pilar esencial para construir sociedades más justas y equitativas, promoviendo la movilidad social y el desarrollo individual”.
Por otro lado, el Consejero Superior Estudiantil Evaristo Ulibarri agregó cuáles son los aportes que la universidad pública gratuita brinda a las nuevas generaciones desde su experiencia.
“La disponibilidad del conocimiento que genera la universidad permite que la ciudadanía pueda acceder a formación de calidad, contribuyendo a un proceso de profesionalización ciudadana como fenómeno demográfico. Más graduados universitarios implican una ciudadanía más formada y capacitada para los desafíos de la vida laboral y civil de manera más jerarquizada.
Argentina y su sistema universitario es un ejemplo en el mundo, cuyas directrices no solo tuvieron repercusiones concretas (la Reforma Universitaria de 1918 tuvo su eco en la Europa de los 70 en el mayo francés, por ejemplo), sino que merecen ser ponderadas como meritorias a la luz de los resultados que tuvo en argentina misma. La universidad argentina abrió sus aulas para permitir la diversidad de conocimiento; abrió sus laboratorios y clínicas para permitir a todos sus estudiantes tener formación profesional de calidad y altura; y abrió sus puertas para que todos aquellos que quieran estudiar, puedan hacerlo.
Para finalizar, el estudiante de la Facultad de Derecho remarcó qué significa para él su paso por la universidad: “La UNT es, de manera personal, poco menos que mi vida. Cómo egresado de escuela experimental (Gymnasium), y estudiante de derecho inmediatamente después, sé que mi desarrollo humano es producto de una universidad Pública, Laica, Gratuita y Cogobernada de la que desde niño soy parte. Soy un agradecido de todas las posibilidades que la UNT me brindó, y deseo que esas mismas posibilidades estén a disposición de todos los amantes del conocimiento”.