Seis destacadas científicas argentinas fueron reconocidas con el prestigioso Premio L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, un galardón que destaca su valiosa contribución al conocimiento y su impacto en la transformación de la sociedad. Entre las premiadas se encuentra la Dra. Nadia Vega, investigadora de la Universidad Nacional de Tucumán, quien desarrolla nanomateriales semiconductores con aplicaciones innovadoras en energía solar y tecnologías para el control de la contaminación.
Medios UNT conversó con la Dra. Nadia Vega, quien compartió detalles sobre su proyecto, el significado de recibir este importante galardón y el rol fundamental de la Universidad Nacional de Tucumán en su formación. La científica explicó: “Fui galardonada en esta edición 2024 con una mención especial en la categoría Beca del premio L’Oréal-UNESCO ‘Por las Mujeres en la Ciencia’ 2024. Este premio se entrega anualmente y tiene dos categorías: la categoría Senior, para mujeres de hasta 54 años, y la categoría Beca, destinada a mujeres de hasta 36 años. En mi caso, obtuve una mención en la categoría Beca”.
En relación con el impacto de la universidad pública en su trayectoria, destacó: “La universidad pública representa muchísimo, es la base de todo. Cursé mis estudios de grado en la Licenciatura en Física en la Universidad Nacional de Tucumán, en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología. También completé mi doctorado allí, en la Facet-UNT, y mi posdoctorado en la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia, también de la UNT”. Además, agregó: “Actualmente, soy docente en el Departamento de Física de la Facet, donde enseño Electromagnetismo I y II a estudiantes de tercer año de Física. Para mí, la universidad es todo: mi base, el desarrollo de mi carrera y el lugar donde quiero seguir trabajando y aportando mis conocimientos. También soy investigadora adjunta del CONICET y trabajo en el Instituto de Física del Noroeste Argentino (INFINOA), institución de doble dependencia CONICET – UNT”.
Al ser consultada sobre la influencia de la Universidad Nacional de Tucumán en su carrera científica, la Dra. Vega afirmó: “Gracias a la UNT se me han abierto muchas puertas, ya que es una institución muy reconocida. Sus egresados tienen amplias oportunidades en diversos ámbitos. Los ingenieros se desempeñan en industrias nacionales e internacionales, mientras que los físicos podemos trabajar como docentes, tanto a nivel local como en universidades extranjeras, donde incluso somos invitados a dar clases”. Además, destacó la importancia de la universidad en el ámbito de la investigación: “La UNT nos ha permitido establecer numerosos convenios de colaboración con grupos de investigación de otros lugares. Actualmente, estamos trabajando con investigadores de Brasil, específicamente de las universidades de Sergipe y Amazonas, en un proyecto binacional sobre nuevos materiales para energías renovables y baterías de estado sólido. También contamos con proyectos nacionales financiados por la agencia y el CONICET, además de iniciativas internas de la universidad como los proyectos PIUNT”. La profesional subrayó cómo estos proyectos contribuyen al desarrollo de la ciencia: “Gracias a estos fondos, podemos adquirir insumos y, en algunos casos, equipos necesarios para nuestras investigaciones. Esto nos permite avanzar correctamente en los estudios y recibir colaboradores en nuestros laboratorios, donde realizan experimentos que complementan sus propias investigaciones”.
La Dra. Vega también reflexionó sobre su rol docente y los desafíos de la enseñanza, donde compartió su experiencia y los retos que enfrenta en el ámbito educativo: “Soy profesora de alumnos de tercer año, con quienes compartimos momentos de alegría y también otros más difíciles. Siempre trato de transmitirles, con palabras y hechos, que es posible hacer ciencia de calidad aquí en Tucumán, sin necesidad de irse a otro lugar”, subrayó. Además, destacó cómo el reconocimiento recibido también impacta en sus estudiantes: “Este premio es una motivación para ellos. Quiero que entiendan que, aunque a veces enfrentemos limitaciones, como la falta de insumos o equipos ideales, tenemos algo muy valioso: buenas ideas, dedicación y ética. Ser buena persona es esencial para ser un buen investigador y un buen docente. La ética en el trabajo y la transmisión de conocimientos, tanto teóricos como experimentales, son fundamentales”.
Asimismo, Vega reflexionó sobre la relación entre la enseñanza y la investigación: “Es muy importante, desde mi perspectiva, que el docente tenga una línea de investigación activa, porque esto les llega a los alumnos de manera diferente. Desde jóvenes, en segundo o tercer año, empiezan a familiarizarse con la investigación, lo que los ayuda a orientarse y llegar al quinto año preparados para desarrollar su tesis en un grupo de investigación donde se sientan cómodos y puedan proyectar su carrera, ya sea en doctorados, maestrías o especializaciones”. Finalmente, habló sobre el desafío de adaptarse cada año: “La docencia es una experiencia maravillosa, pero conlleva el desafío constante de renovarse. Cada año, los alumnos llegan con diferentes necesidades y perspectivas, por lo que uno debe capacitarse continuamente, realizar cursos y ofrecerles las herramientas para que se involucren tempranamente en los laboratorios. Así, pueden empezar a construir su futuro profesional desde las primeras etapas de su carrera”.
La Dra. Nadia Vega tuvo la amabilidad de compartir con Medios UNT un resumen de su proyecto premiado.
Título del Proyecto: “Desarrollo de Nanomateriales Semiconductores para su Aplicación en Dispositivos de Energía Renovable Solar y Control de Contaminación del Aire”.
Resumen:
En la actualidad, un gran desafío de la comunidad científica es el desarrollo de nuevas alternativas en lo que refiere a sistemas o dispositivos que aporten a la transición energética y el monitoreo de los agentes contaminantes del medio ambiente; dos de las grandes problemáticas en la que nuestra sociedad y nuestro ecosistema están atravesando debido a los alarmantes números referidos a los efectos del calentamiento global y agotamiento de combustibles fósiles.
En este proyecto se propone el estudio, diseño y desarrollo de dispositivos basados en materiales de nanoestructuras semiconductoras (NESs) cuyo objetivo, por un lado, sea aportar una alternativa en lo que se refiere al reemplazo de tecnologías convencionales por aquellas en que se emplee energía renovable, como lo sería el desarrollo de electrodos para celdas solares híbridas (CSHs); y por el otro, la posibilidad de un monitoreo de la presencia de gases nocivos en el aire, para lo cual se desarrollaría sensores de gases (SGs). La síntesis de estos nuevos materiales será a partir de medios físicos y químicos fabricando luego, sistemas híbridos basados en óxidos y calcogenuros de NESs, y materiales poliméricos, usando diferentes técnicas como arrastre de vapor, síntesis solvotermal, doctor blade y sol-gel.
Esta propuesta se fundamenta principalmente al considerar que en la región del Noroeste Argentino (NOA) se encuentra la mayor cantidad de luz solar de toda Argentina [1], lo que impulsa a desarrollos de nuevas tecnologías de CSHs de tercera generación para el aprovechamiento de este recurso natural. Por otro lado, varias ciudades del NOA, al igual que el resto de las grandes ciudades del país, presentan elevados niveles de contaminación del aire, que actualmente no son monitoreados adecuadamente, por lo que el desarrollo de sistemas de detección de gases nocivos (DGN) en la atmósfera es de gran importancia para la toma de acciones futuras con respecto a la calidad de vida de todos.
Se espera que este proyecto afirme e impulse la colaboración entre el Instituto de Física del NOA y el Instituto de Química del NOA (INFINOA e INQUINOA) y establezca una nueva línea de trabajo entre ambas entidades, considerando que el trabajo multidisciplinario en equipo es imperante para abordar problemáticas ambientales y energéticas actuales, brindando soluciones acordes, con un perfil altamente aplicado, y con capacidad para brindar servicios al medio productivo y a la sociedad.
