El conocido Pianista de la Esperanza nació en San Miguel de Tucumán y rápidamente adoptó el arte de la música como un lenguaje universal capaz de unir y transformar realidades. Fruto de este compromiso surgió la Fundación Música Esperanza, con la que Miguel Ángel impulsó numerosos proyectos sociales y culturales.
Exiliado durante la feroz represión de los años ’70, su piano se transformó en refugio, denuncia y puente entre los pueblos. Hoy, rendimos homenaje a una figura cuya obra trascendió los escenarios para convertirse en símbolo de lucha, paz y dignidad. Su legado, tan profundo como sus interpretaciones, sigue vibrando en cada rincón donde la música se levanta como bandera de justicia.
Para rememorar este legado, la Universidad Nacional de Tucumán rindió homenaje a la memoria del artista y sus familiares con un gesto que invita a la reflexión, la memoria activa y el abrazo simbólico con quien sembró un compromiso inquebrantable con los derechos humanos.




El acto tuvo lugar este lunes, en el patio del rectorado con la presencia de la vicerrectora Dra. Mercedes Leal, la decana de la facultad de Ciencias Naturales, Dra. Virginia Abdala, la secretaria académica Dra. Carolina Abdala, el secretario general Lic. José Hugo Saab, familiares del artista homenajeado, y miembros de la comunidad.
Sobre esta importante distinción, la vicerrectora resaltó el compromiso y vocación del artista y cómo inspiró el nacimiento de la Fundación Música Esperanza, “Se trata de una propuesta, no tan solo en Argentina, sino que se extendió a nivel internacional, para pensar a través de la música cómo podemos transformar el mundo. Estrella era un visionario, un hombre de la paz, pero que se tuvo que ir de la Argentina, justamente porque fue perseguido en la dictadura militar, y aún con todo este escenario en contra revalorizó las artes. Por todo esto, hemos decidido habilitar este acto para reconocer ese camino, además de las innumerables distinciones que ha logrado a lo largo de su vida, de universidades extranjeras, europeas y de Estados Unidos, también logró ser embajador de la UNESCO, y de esta universidad obtuvo el doctorado honoris causa”, puntualizó.
Al respecto la Dra. Virginia Abdala destacó “Es un honor para nosotros como comunidad hacer este homenaje para un humanista de esta talla que además recibió el doctorado honoris causa en la década del 80 de nuestra universidad. Él ha sido una persona, no solo un gran músico, sino también una gran persona que se ha preocupado y ocupado de todos los marginados y los desposeídos de nuestra tierra. Así que la universidad de nuevo reafirma su compromiso con los derechos humanos con este tipo de actividades”.
Finalmente, Paula Estrella, hija del pianista manifestó su emoción por este reconocimiento.
“Me parece imprescindible este homenaje para un grande, a papá le tocó fallecer en el extranjero y siempre con su luz, llevó a todo el mundo su música hablando de lo que él quería transmitir, llevando la justicia social como bandera. Siempre que hablaba de Tucumán en el extranjero decía que paseaba su almita tucumana por todos lados. Entonces yo agradezco mucho este homenaje porque me parece que es de corazón y que es hacia esa alma tucumana de mi padre.
Además, la cantante reconoció como el legado de su papá cambió la vida de varias generaciones “Mucha gente de Argentina me ha dicho cómo él les ha transformado su destino. Hoy en día, algunos son profesores y artistas. Ese fue el legado de mi padre, cambiar historias y llenarlas de música, acercándose a hospitales comedores, centros de ayuda, sin perder la humildad se acercó a caminar al lado de quienes lo necesitaban”.