El 15 de junio de 1918 en la Universidad de Córdoba comenzaba lo que la historia registró como “la Reforma Universitaria de 1918”. Dicho movimiento reflejó una de las páginas más simbólicas y representativas de la historia nacional contemporánea; La Reforma Universitaria dio origen a una amplia tendencia del activismo estudiantil. Los integrantes que movilizaron los sucesos de 1918 formaban parte de distintas agrupaciones estudiantiles, provenían de diversas vertientes ideológicas y se definieron como “reformistas”. Entre sus postulados se encontraban, y aún vigentes, la autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras y los concursos de oposición.
Desde Medios UNT dialogamos con el Prof. David Cabral, docente de Historia, quien nos comentó similitudes y diferencias sobre los tiempos de la Reforma del 18 con la actualidad:
“Existen diferencias sustanciales entre la situación universitaria de 1918 y el contexto actual; esto debido justamente a la implementación de las reformas propuestas por el movimiento de rebeldía estudiantil cordobés de 1918. De esta forma el cogobierno, la autonomía, la extensión universitaria y el giro científico (entre otras) son marcas identitarias presentes, sin embargo se reproducen ciertas formas conservadoras y la propia inercia de las prácticas académicas e institucionales. Por esto el espíritu reformista de 1918 debe motorizar cambios permanentes”. “Hoy se produce una tendencia a mantener formatos de cursado y contenidos obsoletos que deben ser modificados. También la insuficiente producción científica y la transferencia de saberes y prácticas al entorno socio-local.
A su vez, explicó quien fue Deodoro Roca, uno de los reformistas de mayor protagonismo: “Deodoro Roca tuvo una activa militancia en las luchas estudiantiles de la Reforma de 1918 y redactó el Manifiesto Liminar de la misma. Fue abogado, periodista y docente. También se dedicó a defender a personas perseguidas por su militancia política y participó de la fundación de la Liga Argentina por los derechos del hombre.
Hacia fines de la década de 1930 participó activamente de movimientos antifascistas”.
En cuanto al contexto, en aquellos tiempos, el gobierno nacional era conducido por el radical Hipólito Yrigoyen. David Cabral, explicó el rol del gobierno para la gesta reformista: “Al iniciarse el movimiento reformista en la Universidad de Córdoba, el presidente Yrigoyen nombró como interventor al Procurador Jose Matienzo y mediante decreto implementó la elección de rector con el voto de los docentes. Luego el gobierno decidió apoyar las reformas propuestas: cogobierno y participación estudiantil; modificación de los contenidos obsoletos, autonomía universitaria, concursos docentes etc.
El gobierno radical impulsó la aplicación de estos cambios en otras universidades”.
En tanto, respecto a los efectos nacionales e internacionales que tuvo la Reforma del 18, narró:
“La reforma tuvo un impacto directo en la democratización de las universidades, el acceso de la clase media, y el avance de la ciencia. Inmediatamente la recién fundada Universidad del Litoral en 1919 elaboró sus estatutos de forma conjunta entre docentes, estudiantes y graduados. También las demás universidades pondrán en marcha el nuevo formato reformista”. “Por otra parte la reforma tendrá un notable impacto en países de América Latina. El dirigente peruano Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA, se inspiraría en los postulados de 1918. En diversos países se generaran réplicas del movimiento reformista argentino: primero Chile, Perú y Cuba; luego Mexico, Paraguay y Brasil”, prosiguió.
Además, contó sobre la nacionalización de nuestra universidad en 1921, que llegó con el espíritu reformista: “En 1921 el gobierno nacional transformó la Universidad de Tucumán en nacional y dispuso su intervención, pero la misma no avanzaba en implementar el formato reformista, luego se generó una huelga estudiantil en 1922 tras lo cual el gobierno avanzaría en la implementación de la democratización con la aprobación del estatuto. Juan B. Terán y la Generación del Centenario, que había conducido la Universidad provincial desde 1914, estaban situados entre la tradición y la modernidad y se plegaron, con algunas reservas, al proceso reformista. En 1929 se produjo un movimiento estudiantil que destituyó a Terán como rector y se eligió como sucesor a Julio Prebisch que era decididamente reformista”.
Para finalizar, precisó que hay que actualizar los principios reformistas de 1918: “Necesariamente deben ser actualizados al presente complejo que nos atraviesa. Los desafíos de mantener el núcleo reformista y avanzar hacia la adaptación a los cambios en el mundo laboral, tecnológico y económico del presente. ¿Cuáles serán los formatos de los nuevos planes de estudio?; ¿de qué manera avanzar hacia la extensión universitaria continua?: ¿cómo lograr transferir los conocimientos al medio y el entorno social?, ¿qué tipo de carreras nuevas y titulaciones pueden ofrecerse en el contexto de los cambios laborales y tecnológicos?; ¿Qué formato de gestión podemos implementar para garantizar la eficacia y transparencia?


