Esta mañana, en la sala de sesiones del Honorable Consejo Superior, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) llevó a cabo la ceremonia para distinguir como Profesor Honorario al Dr. Mario Salvador Francisco Palermo, un referente nacional e internacional en el campo de la medicina materno-fetal.
El acto fue encabezado por el rector, Ing. Sergio Pagani, el decano de la Facultad de Medicina, Dr. Mateo Martínez; la consejera y docente Dra. Juana del Valle Abarza, autora de la iniciativa y responsable de la semblanza del homenajeado; y el propio Dr. Palermo.
También estuvieron presentes integrantes del Consejo Superior, autoridades de las distintas unidades académicas, miembros del gabinete del Rectorado, representantes del Honorable Consejo Directivo, docentes, investigadores, estudiantes y familiares del homenajeado.
Durante la ceremonia se dio lectura a la resolución N.° 18511/2024, mediante la cual el Honorable Consejo Superior resolvió otorgarle esta distinción al Dr. Palermo.
Trayectoria destacada
La trayectoria del Dr. Palermo fue ampliamente elogiada. Especialista en obstetricia, ginecología, perinatología, medicina fetal y ultrasonografía, fue miembro y exdirector del Departamento de Tocoginecología de la Facultad de Medicina de la UBA, coordinador de la Red Argentina de Medicina Fetal, expresidente y fundador de la Sociedad Argentina de Diagnóstico Prenatal y Tratamiento, y miembro de la Comisión de Salud Perinatal de El Vaticano, entre otros cargos. Publicó más de 300 trabajos científicos, seis libros y más de 50 capítulos en obras especializadas.
En Tucumán, su aporte fue decisivo en el asesoramiento a la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes y en la creación de un Centro de Cirugía de Alta Complejidad en la provincia, además de haber dirigido diplomaturas en Medicina Materno-Fetal en la Facultad de Medicina de la UNT. Sus pares lo reconocen como el padre de la medicina materno-fetal en la Argentina.
Las voces del homenaje
El rector Pagani expresó el orgullo de la comunidad universitaria. “Para nosotros es un acto muy importante distinguir al Dr. Palermo, un profesional de atributos académicos y científicos de gran relevancia, cuya trayectoria prestigia a la UNT”, subrayó.
Por su parte, la Dra. Abarza remarcó: “El Dr. Palermo adoptó a Tucumán como su provincia y a la Facultad de Medicina como su casa. Hace más de 40 años que capacita a médicos de la capital y del interior. Gracias a su trabajo se redujo la morbimortalidad materno-fetal y se creó una red de especialistas que hoy salva vidas”, aseguró.
El Dr. Martínez destacó la trascendencia de su labor: “Las técnicas que promueve el Dr. Palermo permiten resolver problemas de salud en la etapa intrauterina, algo impensado décadas atrás. Es un orgullo y una bendición para los tucumanos contar con él, porque gracias a su formación, nuestros obstetras están cada vez mejor preparados”.
Finalmente, el Dr. Mario Palermo agradeció la distinción que, dijo, le llega al alma y al corazón. “Es un honor enorme recibir este reconocimiento de una de las universidades más importantes del país. Lo asumo con la responsabilidad de seguir aportando a la facultad, a los médicos y a los pacientes, que son quienes más necesitan de nuestro conocimiento. La medicina es, ante todo, un compromiso social: primero está el paciente, lo demás viene después”, aseveró.
Asimismo, valoró el rol de la UNT y de la Facultad de Medicina en la enseñanza y en la posibilidad de transmitir e intercambiar conocimientos. “Es fundamental el acompañamiento institucional, porque a partir de allí podemos formar médicos con compromiso social, capaces de atender a los pacientes más vulnerables y brindarles la mejor educación y asistencia posible”, consideró.
Finalmente, dejó un mensaje: “Como alguien que recorrió ese camino, desde estudiante hasta jefe de servicio y profesor, mi mensaje es que se comprometan plenamente con la medicina. Lo primero siempre debe ser el paciente y el compromiso social. No hay que preguntarse ‘¿cuánto me van a pagar?’, sino ‘¿a quién puedo ayudar?’. Esa ha sido mi filosofía de vida y lo que siempre traté de transmitir: primero está el paciente, porque para eso somos médicos. Eso exige sensibilidad social, preparación constante y estar siempre atentos a lo que les ocurra a nuestros pacientes. Quizás no literalmente las 24 horas, pero sí con la disposición permanente que nuestra profesión requiere”.



