En la ùltima sesión del año 2019, el Honorable Consejo Superior de la UNT dispuso adherir a los recordatorios por recordarse ayer, 10 de diciembre, el Día Internacional de los Derechos Humanos.
El cuerpo aprobó, por unanimidad, la siguiente declaración:
Como institución pública y democrática sostenemos nuestro compromiso irrevocable con la garantía universal que tiene todo individuo.
En un día como hoy, en 1948, la Asamblea de la Naciones Unidas emitió la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fruto de 3 años de deliberaciones, se convirtió en un acto de toma de conciencia sobre los horrores acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial, y una afirmación de valores por parte de la comunidad internacional convirtiéndose en un acto fundante en la ampliación de derechos para la historia humana.
En nuestro país, las luchas por los Derechos Humanos se han configurado como un símbolo de democracia y garantía civil, con la marca indeleble de los que significó la dictadura militar iniciada en marzo de 1976. Desde allí iniciamos un proceso de aprendizaje, que ha demostrado que sólo la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror y que solo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de toda persona.
Desde nuestra Casa de Altos Estudios consideramos a la educación como un derecho y reafirmamos nuestro compromiso para convertir a los derechos humanos en una parte fundamental de la formación y desarrollo profesional de todas las personas que atraviesan nuestra institución. De esta manera, convertir a la democracia como un hecho transversal de la vida política y social de toda nuestra provincia y nación.
En una región convulsionada por demandas políticas y sociales de los sectores más vulnerables, nos parece imprescindible saludar el signo de madurez institucional que significa una transición de gobierno a partir de medios democráticos, y esperando que las autoridades electas para esta nueva etapa sigan sosteniendo como política de Estado el compromiso con los Derechos Humanos y las políticas de “verdad, memoria y justicia” maduradas en las décadas anteriores.
En nuestro país, las luchas por los Derechos Humanos se han configurado como un símbolo de democracia y garantía civil, con la marca indeleble de los que significó la dictadura militar iniciada en marzo de 1976. Desde allí iniciamos un proceso de aprendizaje, que ha demostrado que sólo la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror y que solo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de toda persona.
Desde nuestra Casa de Altos Estudios consideramos a la educación como un derecho y reafirmamos nuestro compromiso para convertir a los derechos humanos en una parte fundamental de la formación y desarrollo profesional de todas las personas que atraviesan nuestra institución. De esta manera, convertir a la democracia como un hecho transversal de la vida política y social de toda nuestra provincia y nación.
En una región convulsionada por demandas políticas y sociales de los sectores más vulnerables, nos parece imprescindible saludar el signo de madurez institucional que significa una transición de gobierno a partir de medios democráticos, y esperando que las autoridades electas para esta nueva etapa sigan sosteniendo como política de Estado el compromiso con los Derechos Humanos y las políticas de “verdad, memoria y justicia” maduradas en las décadas anteriores.
