El Instituto de Bioprospección y Fisiología Vegetal (INBIOFIV), que fue creado en 2017 y funcionó en sede alquilada por la UNT hasta la fecha, cuenta a partir de ahora con un renovado edificio, integrado por varios laboratorios y por moderno equipamiento, dónde se desempeñan 40 personas entre investigadores, becarios y personal de apoyo. Es una unidad ejecutora de doble dependencia entre la UNT y el CONICET y hoy tendrá su inauguración oficial con la presencia del presidente del CONICET, Daniel Salamone.
La sede del INBIOFIV está localizada en una propiedad de la Universidad Nacional de Tucumán, donde funciona el Museo de la UNT, San Martín 1545. Las obras se realizaron con fondos provenientes de la UNT, del CONICET y con recursos propios del INBIOFIV, obtenidos por medio del dictado de cursos de posgrado y de servicios que brinda a instituciones y a particulares.
El inmueble posee 425 metros cuadrados distribuidos en una sola planta y se divide, de acuerdo a sus funciones, en: laboratorio de secado y molienda de material vegetal, laboratorio de extracción de principios activos y desarrollo de bioproductos, laboratorio de aislamiento e identificación de biomoléculas, laboratorio de micología, laboratorio de bacteriología, laboratorio de microbiología de alimentos y laboratorio de cultivo de células. También cuenta con dos laboratorios de análisis químicos y biológicos, un laboratorio de cultivo in vitro de plantas , un laboratorio de entomología y cámara de cría de insectos, una sala de microscopía, un droguero y un salón de usos múltiples.
Investigaciones de punta
El INBIOFIV es dirigido por la doctora en bioquímica, María Inés Isla y codirigido por la doctora en ciencias biológicas, Catiana Zampini. La misión del instituto es la búsqueda de componentes naturales en la biodiversidad del Noroeste del país para darle un valor agregado. Los investigadores realizan extracciones y caracterizaciones de principios activos y desarrollo de bioproductos que pueden usarse en cosmética, medicina, alimentos y en el control de plagas.
La doctora Isla señaló a Medios UNT que otras líneas de investigación que desarrollan está relacionada con el uso de plantas para la remediación de ambientes contaminados (fitorremediación) y el aprovechamiento de residuos de la agroindustria (tabacalera, citrícola y caña de azúcar) para la obtención de bioproductos de interés. Otra línea de trabajo es el estudio de cepas locales de cannabis medicinal para la obtención de productos medicinales estandarizados que podrían ser utilizados por el Sistema Provincial de Salud en sus pacientes para terapias de tratamiento del dolor.
Isla mencionó además, que trabajan con productos apícolas, como mieles y propóleos, para la obtención de productos cosméticos, medicinales y alimenticios así como para el control de patógenos poscosecha en frutilla y limón.