Detrás de las pantallas: el impacto de las Redes Sociales en la salud mental de los estudiantes

En la actualidad, las Redes Sociales (RRSS) se han convertido en una herramienta indispensable para la comunicación e interacción social, especialmente para niños y jóvenes. Sin embargo, el uso excesivo o inadecuado de estas plataformas puede tener consecuencias negativas en su salud mental y bienestar. Ante esta realidad, la Universidad Nacional de Tucumán, considera fundamental abordar el tratamiento del uso que hacen los estudiantes de las RRSS, promoviendo la prevención, el tratamiento y la divulgación de información sobre los riesgos y beneficios de su uso.

Para profundizar en este análisis, el psicólogo Roberto González Marchetti brindó algunos aportes sobre cómo ha cambiado el uso de las Redes Sociales en los estudiantes y la importancia de promover acciones preventivas frente a la constante evolución de las herramientas digitales.

“Estamos ante una generación que nació en tiempos de redes sociales con una cultura audiovisual, que puede permitir una ventana al mundo. Sin embargo, también hablamos de jóvenes que están moldeando su conducta, por lo que necesitan supervisión para saber quién está del otro lado de la pantalla. La principal diferencia entre jóvenes y niños está en la búsqueda de información y recursos. La construcción de la identidad durante la adolescencia necesita contar con un sentido de seguridad. Por lo que cada docente debe llegar a fortalecer, la autoestima el autocontrol, promover acciones saludables”, puntualizó.

En la misma línea, el profesional agregó: “El uso de las redes sociales siempre que esté controlada y supervisada obtendrá beneficios a diferencia de los que no, y puede caer en una adicción por conductas repetitivas. Vemos también que los chicos que crecen en la cultura audiovisual tienen capacidad de aprendizaje perceptual, realizan tareas en simultáneo, también hay dificultades como las físicas: inestabilidad, audición, visión. Es por esto que el tipo de información que consumen los adolescentes nos dicen cuáles son sus necesidades. Un chico que consume 80% de noticias políticas marca preocupación, interés en la actualidad. Mientras que otro que juega, busca satisfacción. Lo más difícil es hablar sobre esta búsqueda”.

Un punto fundamental surge por la colaboración activa de los padres, tutores y educadores es fundamental para identificar posibles problemas. Construir espacios y brindar apoyo para la orientación de los estudiantes desde un ambiente familiar que fomente el uso responsable y saludable de estas plataformas es posible a través de un trabajo conjunto entre la universidad, las familias y la comunidad.

Al respecto González Marchetti destacó: “Un desafío justamente para los educadores, es cómo se puede trabajar en el proceso de enseñanza con esta cultura audiovisual que estos chicos van trayendo desde los dos años. Por lo que resulta sumamente importante, el registro que se mantenga en el entorno privado de los estudiantes, puertas adentro de cada hogar. Al tener un chico encerrado en su habitación, cualquiera puede llegar a decir que no molesta, que es tranquilo, pero qué uso le está dando a las herramientas digitales. Debemos aprender a intervenir y hablar. Brindar a los chicos la oportunidad de verbalizar sus propias necesidades afectivas. La dinámica de las RRSS exige la actualización de los adultos para afrontar una situación de vulnerabilidad”.

El juego de las pantallas en la modernidad

De acuerdo a un informe presentado por la UNESCO las tecnologías digitales pueden mejorar la enseñanza y el aprendizaje, pero, también presentan riesgos como la invasión de la intimidad, la distracción en el aprendizaje y el ciberacoso.

Es por esto que recomiendan las siguientes acciones para lograr un uso óptimo de las pantallas:

  • La exposición a las pantallas debe ser consensuada por los padres, cuidando el tiempo y contenido para que sea un factor positivo de desarrollo físico, cognitivo, emocional y social.
  • Evitar la transferencia de datos personales en las plataformas digitales para evitar el riesgo de ciberacoso y delitos virtuales.
  • La funcionalidad de las herramientas digitales debe ser abordada como un espacio consultivo, no resolutivo para potenciar el aprendizaje y el desarrollo de tareas escolares.
  • Fortalecer el diálogo sobre la información encontrada en internet genera mayor seguridad para los estudiantes para desarrollar sus propios juicios y valoraciones.

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