El rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Ing. Sergio Pagani, estableció, a través de la Resolución N.º 11995/2025, la creación del Parque Universitario Dr. Julio Faustino Segundo Prebisch, un nuevo espacio de 22 hectáreas destinado a la educación, la extensión académica y la concientización ambiental.
El predio ingresó al patrimonio universitario en 1971, tras una expropiación del Estado Nacional con destino a la educación universitaria pública, libre y gratuita. Si bien gran parte del predio lo ocupa la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria, el sector del parque —separado por el Camino de Sirga— fue históricamente utilizado para actividades académicas.
La denominación homenajea al Dr. Julio F. S. Prebisch, rector de la UNT en dos períodos (1929–1933 y 1937–1940), reconocido por impulsar la adecuación institucional a los postulados de la Reforma Universitaria de 1918. La resolución que crea el parque traza un paralelismo entre aquel impulso reformista y la nueva iniciativa ambiental: ambos procesos son intergeneracionales y suponen una reforma de fondo en las responsabilidades institucionales, hoy enfocadas en el cuidado y la prevención del ambiente como aporte directo a la ciencia y a la cultura.
Un parque con identidad académica
El arquitecto Oscar Chelela, encargado del proyecto, explicó que el parque fue concebido con un marcado carácter didáctico.
“Desde un inicio pensamos este espacio como una extensión de la Universidad hacia la sociedad, con un trazado inspirado en la jardinería clásica que simboliza el orden y la razón, valores propios de la vida académica”, indicó.
“El parque es, ante todo, didáctico”, resume Chelela, y detalla que ya se concluyó el trazado central de caminerías —con accesos dobles— y que se gestionan los anillos de circulación que vinculan los recorridos secundarios. También avanza la “Plaza del Claustro”, concebida como corazón simbólico del parque, y la iluminación: las luminarias fueron seleccionadas por la Universidad y la Municipalidad de Yerba Buena, que ejecutará la obra según proyecto de la UNT.

“La plaza contará con una fuente de agua en movimiento constante —sin estridencias— como metáfora de la vida universitaria. En sus cuatro esquinas habrá pilares que representan docencia, investigación, extensión y gestión”, explicó. La propuesta se nutrió de estudios previos y de una consulta pública abierta.
Chelela destacó también la apertura a todas las unidades académicas: “La Facultad de Artes, por ejemplo, podrá proponer actividades; los biólogos del Instituto Miguel Lillo ya investigan la avifauna en las lagunas de laminación, y se proyectan circuitos de juegos con estaciones didácticas para que los niños aprendan sobre la flora y fauna local”.




Bosques nativos y sentido de pertenencia
El parque contará con dos sectores diferenciados: hacia el oeste, un bosque de especies nativas, y hacia el este, plantaciones de especies introducidas pero adaptadas a la región. Estos espacios permitirán docencia, investigación y monitoreo ambiental.
“Se busca fomentar el desarrollo de un sotobosque autóctono, guiando un sistema ecológico similar al de la selva pedemontana”, explicó Chelela. El parque cuenta con más de 1.100 árboles —cerca de 900 nativos—. En una convocatoria conjunta entre la UNT, la Municipalidad de Yerba Buena y vecinos y vecinas, se plantaron 500 ejemplares. “Fue una actividad muy emotiva porque generó sentido de pertenencia. Este parque es también de la sociedad”, subrayó.
Un aula a cielo abierto
Para Manuel Pachado, jefe de Emergencias del Parque Sierra San Javier, el nuevo espacio se suma al compromiso ambiental de la UNT. “Así como el Parque Sierra San Javier funciona como una gran esponja que brinda beneficios ecosistémicos, este parque urbano se convertirá en una escuela a cielo abierto, con un fuerte componente de educación ambiental”, afirma.
Los guardaparques tendrán un rol clave en su cuidado, especialmente en la transmisión de valores ambientales a la comunidad. “Estamos pensando en las generaciones que vienen. Ellas serán quienes más disfruten de este lugar y de los bienes ambientales que produce. El primer beneficio que notarán los vecinos será la sombra y la posibilidad de contar con un espacio agradable para la vida comunitaria”, agregó Pachado.
Legado y futuro
La resolución que dio origen al parque establece un paralelismo entre el espíritu reformista de Prebisch y la iniciativa ambiental, afirmando que ambos tienen un carácter intergeneracional.
Además de completar las caminerías circulares y la Plaza del Claustro, el proyecto continuará convocando a facultades y equipos interdisciplinarios para desarrollar actividades de investigación, docencia y extensión, con foco en el uso racional de los recursos naturales, la preservación del patrimonio natural y cultural, y la educación ambiental para todo público.