En el marco de la asignatura Indicadores de Sustentabilidad de Productos, Procesos y Servicios, estudiantes de Ingeniería Química e Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET-UNT) llevaron adelante el primer cálculo de la huella de carbono institucional de la facultad.
El trabajo se realizó siguiendo la metodología de la norma ISO 14064 y la clasificación por alcances del estándar internacional GHG Protocol, herramientas reconocidas mundialmente para la cuantificación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Para elaborar el diagnóstico, los estudiantes realizaron un extenso relevamiento de información primaria y secundaria, que incluyó encuestas a estudiantes, docentes y no docentes sobre sus hábitos de transporte, registros de consumo eléctrico institucional y estimaciones del uso de papel en librerías, oficinas y espacios académicos.
Los resultados reflejan que, durante 2024, la FACET generó 1.907 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO₂eq). De ese total, el transporte representó el 69% de las emisiones; el consumo eléctrico, el 29%; y el uso de papel, el 2%. Asimismo, el arbolado de la Quinta Agronómica, donde se emplaza la facultad, permitió compensar 30,6 tCO₂eq, poniendo en valor la función ambiental de los espacios verdes universitarios.
“El cálculo de la huella de carbono es una herramienta clave para comprender nuestro impacto y diseñar estrategias de mejora continua. Este primer estudio nos permite sentar las bases para políticas institucionales de sostenibilidad que incluyan movilidad sustentable, eficiencia energética y fortalecimiento de la infraestructura verde”, explicó el Dr. Ing. Lucas Maximiliano Machín Ferrero, docente responsable del proyecto (CYKLOS – DIPyGI – FACET – UNT).
La experiencia forma parte del compromiso de la facultad con la Agenda 2030 de Naciones Unidas y especialmente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible N.º 11: Ciudades y comunidades sostenibles, que impulsa acciones para crear entornos inclusivos, seguros, resilientes y ambientalmente responsables.
El proyecto fue desarrollado por más de 25 estudiantes, quienes aplicaron conocimientos técnicos a una problemática real, contribuyendo al fortalecimiento de la cultura ambiental dentro de la comunidad universitaria.