Con el objetivo de garantizar el bienestar de sus estudiantes y fortalecer el vínculo con las familias, la Universidad Nacional de Tucumán llevó adelante una extensa campaña de control y fichas médicas de seguimiento anual en sus escuelas experimentales. Este proceso, impulsado por los servicios de la Dirección Universitaria de Salud (DUS) y ASPE, refuerza la política institucional de cuidado integral, acompañamiento y equidad, permitiendo que los alumnos continúen sus estudios con atención médica accesible y de calidad dentro del propio ámbito universitario.
Durante ocho meses de trabajo sostenido, el programa recorrió las ocho escuelas experimentales de la UNT. La última etapa se desarrolla esta semana en el Instituto Técnico de Aguilares, marcando el cierre de un ciclo de prevención, acompañamiento y compromiso institucional.
La etapa final se desarrolla esta semana y los equipos interdisciplinarios realizan las últimas jornadas de evaluación, consolidando así un trabajo territorial y sostenido que involucró a profesionales de diversas áreas de la salud, la educación y el bienestar universitario.
El Dr. Neri Díaz, responsable del operativo sanitario y médico traumatólogo de la Dirección Universitaria de Salud, explicó: “Estamos realizando todo lo que es el control de ficha de seguimiento anual que se hace a los alumnos que ya están cursando y necesitan la autorización para el año siguiente. Esta instancia difiere de la ficha inicial, ya que está orientada al control periódico de los estudiantes en curso. Se realiza un seguimiento de peso y talla, control de presión arterial, evaluación cardiovascular y valoración de la actividad física, para determinar si están aptos o no”.
El profesional destacó además la importancia social y económica del programa: “Es un sistema muy valioso y de gran ayuda para las familias universitarias. Todas las escuelas experimentales participan y los costos son accesibles, algo fundamental en este contexto. En el sector privado estos controles serían mucho más costosos, y este servicio representa una verdadera colaboración desde nuestras áreas de salud, tanto ASPE como DUS”.
Sobre la modalidad de trabajo, Díaz agregó: “Los chicos no tienen que trasladarse fuera de su institución. Nosotros digitalizamos cada ficha médica y la información queda registrada en el sistema, simplificando los trámites para las familias y fortaleciendo la articulación entre salud y educación”.



Desde la mirada de los padres, César Dinkel, papá de dos alumnas del jardín experimental, valoró la iniciativa: “Tengo gemelas y este servicio facilita mucho las cosas. Si no tuviéramos esta posibilidad en la escuela, deberíamos visitar distintos médicos en diferentes lugares. Acá se concentra todo, y eso nos da tranquilidad. Mis hijas tienen seis años y están haciendo jardín, así que este acompañamiento es fundamental.”
Un dato no menor es que cada escuela aportó su compromiso y organización para garantizar el alcance y la continuidad del programa, demostrando el valor del trabajo articulado entre las áreas académicas, técnicas y comunitarias de la UNT. De esta manera, la política de salud universitaria que impulsa la UNT trasciende el control médico: es una muestra concreta de cuidado, contención y acompañamiento a las familias. A través de estos programas, la Universidad garantiza no solo la continuidad del cursado y la calidad académica, sino también un entorno saludable y seguro desde los primeros años de formación, reafirmando su compromiso con una educación integral centrada en las personas.

