Debaten sobre agroalimentos y sustentabilidad en el marco de la AUGM

Durante el segundo día de las 32° Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) que se desarrolló en el Centro Universitario Ing. Roberto Herrera, distintos comités académicos y núcleos disciplinares compartieron sus avances científicos. Uno de los ejes tuvo como tema Agroalimentos y se llevó a cabo en el Anfiteatro Elisa Colombo de Luminotecnia, y convocaron a representantes de universidades miembro de la red.

En este marco, el Dr. Rubén Almedo, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba y coordinador del Comité Académico de Agroalimentos de AUGM, destacó el cierre de los seminarios del comité y detalló la estructura de trabajo que orientó el encuentro.

“Dividimos agroalimentos en dos ejes: agronómico y alimentos”, explicó Almedo. “En agronomía, vimos innovaciones en semillas y la relación entre nanotecnologías y compuestos bioactivos con la microflora del suelo, enfocándonos en la salud del suelo. En alimentos, trabajamos sobre alimentos de humedad intermedia, conservación por desecación y el aprovechamiento de sueros lácteos, que suelen ser un pasivo ambiental si no se manejan bien, para su uso como futuros alimentos”.

El investigador subrayó además la importancia de transferir el conocimiento científico al territorio, señalando que “la investigación genera conocimiento; sin eso no podríamos desarrollar tecnologías. Parte central es darle utilidad práctica a la sociedad: nuevos métodos y procesos basados en ese conocimiento. Eso crea valor social, productivo y comercial que aporta al país”.

En la misma línea, el Dr. Luciano Gabbarini, integrante del LANSAP, laboratorio de nanotecnología aplicada al suelo, y a cargo de una de las exposiciones, remarcó el impacto positivo que tiene el trabajo conjunto entre científicos y productores.

“En general, los productores reciben muy bien las propuestas. Se acercan porque buscan nuevas tecnologías para sus establecimientos”, comentó. “La comunicación entre ciencia y productor es buena: necesitan soluciones y llegan al laboratorio con mucha confianza —a veces más que nosotros mismos—. Muchos están muy enfocados en cuidar el suelo, pensando en el largo plazo y en las próximas generaciones”.

Gabbarini valoró también el espacio de intercambio interdisciplinario que ofrecen estas jornadas: “Hubo mucha diversidad de temas, y esa diversidad potencia la exposición de los temas propios. Me llevo ideas nuevas para vincular con mis estudios, y seguro otros también se llevan líneas para tener en cuenta en futuros trabajos”.

El eje Agroalimentos cerró la jornada con la convicción de que la innovación científica y tecnológica debe ir de la mano de la sostenibilidad ambiental y el compromiso territorial, reafirmando el rol de las universidades públicas en la construcción de conocimiento con impacto social.

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