Luego de que se confirmara la desaparición de Suyana el viernes pasado, esta mañana la Reserva de Horco Molle y el Proyecto Tapir confirmaron que la tapir fue encontrada muerta y emitieron un comunicado llamando a la reflexión.
Suyana, nuestra tapir, era también nuestra esperanza de mostrar y demostrarnos que, como comunidad, podemos emprender caminos de respeto y cuidado de la naturaleza que tan generosamente se brinda en nuestra provincia.
La esperanza y los sueños compartidos crean lazos sociales, nos identifican, nos definen.
La Universidad Nacional de Tucumán, a través de la Facultad de Ciencias Naturales con su Reserva y su Jardín, y el Parque Sierra de San Javier, ofrecen a nuestra comunidad no solo ámbitos de educación y esparcimiento, sino también la participación en sueños, la construcción de esperanza, en la convicción de que los animales son seres sintientes, también sujetos de derecho.
Cuando estos derechos son respetados, cuando se deja de matar por placer o diversión, elegimos respetar también los lazos que nos unen como comunidad, respetar la casa que compartimos, respetarnos mutuamente.
Cuando mataron a Suyana mataron parte de estos sueños, pero seguiremos adelante, lo intentaremos siempre porque no tenemos derecho a claudicar ahora para poder mirar de frente y sin vergüenza a las infancias y jóvenes que nos interpelan día a día.
Ellos y ellas están esperando que seamos capaces de reconstruir nuestra casa, de defenderla con la ley de nuestro lado, que estos crímenes contra nuestra casa no queden impunes y asegurar así la supervivencia no solo de los otros tapires sino de cualquier animal que recorra confiadamente nuestras yungas.
