Héctor Otheguy: “Hay que confiar en las capacidades argentinas”

Por Alejandro Díaz*

INVAP S.E., empresa de la provincia de Río Negro que tiene por misión contribuir al desarrollo del país a partir de la ejecución de proyectos tecnológicos de avanzada. Esta empresa 100 por ciento estatal, se consolidó como líder en el mercado de proveedores internacionales de reactores nucleares de investigación, se lanzó exitosamente en el área espacial con el diseño y la fabricación de satélites para la observación de la Tierra y para comunicaciones, y desarrolló radares para aplicaciones civiles y militares.

Héctor Otheguy es además, presidente de la Fundación INVAP, institución que tiene como misión ser catalizadora de transformaciones innovadoras, necesarias para un futuro sustentable, vinculando estratégicamente actores públicos y privados y uno de los principales divulgadores de las actividades de la única empresa latinoamericana de desarrollo y producción de tecnología de punta.

“Una política gubernamental debe confiar en las capacidades argentinas”- dispara el físico graduado en el Instituto Balseiro -; esto es muy importante porque en los proyectos complejos las empresas privadas no toman esos riesgos. Van por otros negocios más rentables y seguros. El único que puede invertir es el Estado nacional porque sabe el beneficio que le trae en la exportación, ahorro de divisas, creación de puestos de trabajo y de todas las ventajas que ofrece este camino. Esto es lo que hacen todos los países industrializados”.

No es la primera vez que la UNT recibe a Héctor Otegui, hace cinco años también pasó por nuestra universidad en su incansable tarea de divulgador científico y recuerda: “En ese momento estábamos en pleno desarrollo y con los cambios todo lo que ha sido inversión del Estado en general se ha reducido sensiblemente -especialmente en los temas tecnológicos- hoy con una política distinta se ha dejado que todo esto lo haga el sector privado, cosa que no hizo, y por lo tanto no genera beneficios. Por suerte, en INVAP hemos mantenido la actividad pero no hemos seguido creciendo.

– ¿Cuál es el futuro de las empresas de base tecnológica en nuestro país?

En la actual situación tan difícil desde el punto de vista de la inversión del Estado Nacional se complica. Pero creo que hay cada vez más conciencia que la única manera de salir adelante es que haya empresas cada vez más competitivas que puedan exportar o competir acá adentro (por el país). Porque también hay que ser competitivos adentro para competir con los productos que vienen de afuera. Lo nuestro es contribuir desde el punto de vista tecnológico porque sino tiene una buena tecnología no se puede competir, pero con esto no alcanza es sólo una parte. La otra parte tiene que ver con políticas de Estado que acompañen el desarrollo de las empresas; la desburocratización de las organizaciones y organismos del Estado; y mejorar la logística entre otras cosas. Creo que se va ganando en conciencia. Sino el país se volverá inviable para lo que pretendemos hacer.

– ¿En qué medida la experiencia de INVAP ha motivado a las universidades publicas en el desarrollo de experiencias similares?

Por lo que nosotros percibimos hay mayoritariamente jóvenes que tienen ideas y se entusiasman de llevarlas a la práctica. Es un movimiento que antes no estaba en la Argentina. Hoy hay jóvenes que se deciden arriesgar, que ponen plata propia o de la familia. A través de la Fundación INVAP tenemos como objetivo “mentoriar” a los futuros y potenciales emprendedores para darle las herramientas que les hace falta. Son ideas riesgosas y, talvez de 10 emprendimientos que arrancan 2 o tres se siguen desarrollando. Pero siempre tenemos presente que se aprende más de los fracasos que de los éxitos.

– ¿Qué lugar debería ocupar la ciencia y la tecnología en las políticas de Estado?

La ciencia y la tecnología es fundamental. Hoy comencé con esa frase de Einstein que decía que los imperios del futuro que deseen tener un desarrollo socio económico razonable tienen que basarse en el conocimiento. Hay industrias que están creciendo como el caso del servicio de informática que por lo que se conoce se exporta casi 6 mil millones de dólares por año: estos son servicios basado en el conocimiento y es todo de exportación. Hay empresas de este rubro que se vienen a radicar acá porque hay buena materia gris. Por algo vienen de varios países de Latinoamérica a estudiar acá, en principio porque es gratis, pero sobre todo porque hay un buen nivel.

– ¿Cómo se imagina la reconversión industrial y el mercado laboral a futuro?

Es muy complejo porque hay cosas que a cierta edad uno puede llegar a capacitarse para reorientarse laboralmente; y hay otra etapa de la vida en la que resulta más difícil. Manejar ese equilibrio es un desafío. Ante todo para avanzar hacia una reconversión tiene que haber una demanda y hay que invertir para generar esa demanda con una palabra clave: confianza.

Lamentablemente hay industrias que desaparecen y son reemplazadas. Esto trae aparejado el dolor de la gente que se queda son trabajo por esa reconversión. La única manera es que en ese proceso de reconversión la gente tenga oportunidad de otro trabajo. Es fácil decir pero difícil de hacer; pero esto es una cuestión prioritaria.

El otro tema es que los gobiernos cambian y se vuelve a "0". Sería deseable que los gobiernos de turno puedan consensuar con la oposición políticas de largo plazo que se sostengan en el tiempo. Hasta acá fue como el juego de la Oca: se cambia de gobierno y se vuelve a la salida.

– ¿Cuál debería ser el principal eje de una política de ciencia y tecnología para el sector?

La CyT y el mundo del sector tecnológico tiene que venir traccionado desde el Estado con políticas en ese sentido. En CyT no basta con tener más presupuesto. No es sólo eso. El sector también tiene que hacer su propia autocrítica y rediseño de acuerdo a lo que pasa en el país y en el mundo. Hubo muchos cambios. Hay que entener que el país debe invertir en CyT para que le sirva al país. Todavía hay mucha gente del sector científico y tecnológico que aún no lo tiene claro. Así como reclamamos derechos también también hay obligaciones.

– ¿Qué proyectos se vienen en INVAP?

Hay una potencialidad de necesidades en áreas que requieren soluciones científicas tecnológicas y soluciones sistémicas. En INVAP tenemos la capacidad para dar soluciones tecnológicas con todo lo que tenga que ver con seguridad y defensa, por ejemplo. El tema es tomar la decisión política de comprar acá y no esperar que vengan a ofrecerte los de afuera. Pero hay que aportar una mirada sistémica y a veces esa mirada sistémica no está. Está ligada a una decisión política que debe prevalecer y perdurar más allá de los cambios políticos. Esto no es un secreto, esto es lo que hacen todos los países.

Es parte de una concepción de país moderno e independiente pero las urgencias y la inmediatez de los cambios políticos nos hacen perder de vista ese objetivo.

– ¿Cómo se logró preservar INVAP de los avatares políticos?

Hay varias razones. Una de ellas es que comenzamos desarrollando el tema nuclear: un tema donde "la política" no se puede meter a decir "esto lo controlo yo". Es un tema muy tecnológico y científico y que puede tener riesgos sino se maneja bien. Otro es que arrancamos en Bariloche lejos de Buenos Aires; en tercer lugar porque durante los primeros años trabajamos en proyectos "secretos" que hizo que no difundiéramos la actividad -como no levantamos la cabeza no pasó la guadaña-; y después por la impronta del líder fundador: el doctor Conrado Varotto.

* periodista y Director de la Dirección de Servicios de Comunicación Audiovisual

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