Mujeres sobre andamios en obras de construcción, con cascos haciendo trabajos de ingeniería, en un laboratorio observando diminutas células, mujeres que trabajan, que buscan respuestas, que aportan para una sociedad más justa, que estudian y se preparan para responder mejor a los cambios globales, esas son las mujeres de la Universidad Nacional de Tucumán.
Nuestra Casa de Estudios nació desde sus comienzos con mujeres en sus claustros, a diferencia de lo que ocurrió con las universidades más antiguas del país, donde tuvieron un largo y duro peregrinar hasta conseguir su incorporación.
En este informe te contamos la historia de mujeres que se animaron, que se prepararon y que hoy se dedican a los tres pilares fundamentales de esta Universidad: enseñanza, investigación y extensión.
Judith Laswosky tiene una fuerte vocación docente y al mismo tiempo brega por la profesionalización de las maestras. Enseñó durante 24 años en la Escuela Sarmiento, se reconoce feminista y militante de los derechos de la mujer. Cree firmemente que sus congéneres pueden hacer y ser todo lo que se propongan en la vida.
Bibiana Luccioni es investigadora y docente, ingeniera civil y desempeñó un papel importante como perito técnico en la investigación de las causas de la Amia y del atentado a Beirut. Tiene 5 hijos y considera que las mujeres pueden aportar una mirada diferente e importante en profesiones como la ingeniería, un ámbito tradicionalmente masculino.
Analía Soria es investigadora y docente de la Facultad de Bioquímica de la UNT. Desarrolla y promueve desde hace 30 años el extensionismo. Está convencida de que los y las profesionales deben devolver sus conocimientos a la sociedad, que aporta para su formación. En Graneros cuidan la salud bucal e intentan detectar tempranamente enfermedades neurodegenerativas. Al inicio del voluntariado, controlaban precursores del cáncer de próstata y la calidad del agua.
La tendencia de las mujeres a seguir carreras tradicionales vinculadas a lo femenino, como ser la enseñanza y el cuidado de la salud, está modificándose. Cada vez más se animan a romper los estereotipos y siguen carreras como ingeniería, geología o arquitectura. También empiezan a acceder a los lugares de toma de decisiones. Y aunque queda un largo camino por transitar, la Universidad de Tucumán no sólo es testigo, sino que también es protagonista de esos cambios.