El Centro Cultural Virla celebra 39 años de vida

El Centro Cultural Virla, dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria, se dio a conocer a la sociedad tucumana el 26 de octubre de 1984. Desde sus inicios, se ha trazado una línea temporal en la que los objetivos de extensión son de suma importancia. Siempre con una mirada inclusiva, las gestiones se han esforzado por acoger proyectos de artistas locales y fomentar la visibilidad de artistas emergentes.

"El Virla nació y sigue operando bajo el amparo de la UNT, con su sello distintivo que llena de orgullo a los tucumanos y a las provincias circundantes, cumpliendo con uno de los mandatos esenciales de toda institución de educación superior: la docencia, la investigación y la extensión. Y es precisamente en este espacio donde nos ubicamos y proyectamos, siempre manteniendo a la comunidad en mente", explicó el Director del Centro, Iván Alarcón.

La misión del Centro va más allá de la difusión del conocimiento, ya que se basa en la interacción con la sociedad, la interdisciplinariedad, la integralidad y la institucionalización, a través de diversas actividades encaminadas hacia el logro de un proceso colectivo. Su enfoque dista de ser meramente asistencialista, aunque también aborda cuestiones relacionadas con la asistencia, considerando la necesidad de llegar a los sectores más marginados en términos sociales, culturales y económicos en nuestro entorno.

"La inclusión y la promoción son los principios que guían nuestra labor, y nos han permitido proporcionar espacios que fortalecen la sensibilidad y la creatividad, contribuyendo a la sana diversión y aportando momentos ricos de reflexión para el desarrollo personal y social", agregó Alarcón.


Los comienzos 

Con la llegada de la democracia a nuestro país en 1983, el entonces Rector Normalizador, Ing. Eugenio F. Virla, decidió reabrir la Extensión Universitaria, que había sido cerrada durante la dictadura militar de 1976, y nombró al Farm. Ricardo Somaini como director del área. También se emprendió la recuperación del edificio ubicado en la calle 25 de mayo 265, que pertenecía a la Imprenta Universitaria, para llevar a cabo las actividades del organismo. Este lugar tiene una historia significativa, ya que allí se publicaron por primera vez los diarios "El Trópico" y "El Orden".

El diseño del Centro Cultural fue un acto inteligente de preservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad, ya que se modernizó un magnífico edificio en el centro de la ciudad sin alterar el elegante estilo de su fachada.

En su discurso inaugural, el Ing. Virla destacó: "Este centro deberá ser un lugar de inicio de ensayos en educación continua que se extenderá a nuestra región y servirá como ámbito para la actividad cultural en toda América. Aquí se exhibirán exposiciones que representen todo el conocimiento superior. Finalmente, hacemos votos para que aquí se materialice en su uso el contenido de nuestro lema 'Pedes In Terra Ad Sidera Visus'".



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