Desarrollan un nanoproducto para combatir enfermedades de la caña de azúcar

Por Daniela Orlandi

La nanotecnología avanza a pasos agigantados para buscar soluciones a distintas áreas de la vida, en este caso aplicada a la agricultura y de forma sustentable. Investigadoras de la UNT y del Conicet desarrollaron un bioproducto antifúngico, ideal para la agricultura regenerativa, que además es activador de las defensas de las plantas. Puede usarse en diferentes cultivos industriales como soja, trigo, maíz y caña de azúcar y tiene la ventaja de ser desarrollado a escala nanométrica, lo que le permite penetrar mejor en la membrana de la planta para combatir los patógenos. Además, cuando se lo aplica no entra en contacto con el suelo, de manera que no afecta la flora nativa del lugar. 

El bioproducto se llama “Atic Nano” y está diseñado a partir de hongos ambientales de las Yungas, de los cuales se generaron proteínas, lípidos y otras sustancias orgánicas. Luego se separaron las moléculas y se las puso en contacto con sales inorgánicas de plata. A partir de esa mezcla se sintetizaron las bionanopartículas que quedaron constituidas en un 70% de componentes biológicos y en un 30%  de componentes inorgánicos. 

El equipo de investigación está conformado por: Cintia Romero, doctora en Bioquímica, docente de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT e investigadora del CONICET; José Sebastián Dávila Costa; Romina Bertani; Franco Segli y Solana Chaves, todos doctores en Ciencias Biológicas. Los investigadores constituyeron una empresa tecnológica denominada “Qumir Nano”, para avanzar con los ensayos y la producción a escala más grande de sus desarrollos. El gerenciamiento de la empresa está a cargo de Franco Ciaffone.

Romero señaló que Atiq Nano protege los cultivos y, a diferencia de los productos microbianos convencionales, no contiene organismos vivos. “Aprovecha biomoléculas producidas naturalmente por microorganismos específicos, sin necesidad de aplicar microbios vivos en el campo, lo que da ciertas ventajas”, mencionó. “El producto no se ve afectado por las condiciones de suelo y ambiente, puede combinarse con pesticidas del mercado y tiene doble acción: por un lado induce las defensas de las plantas y, por el otro, ayuda a controlar los patógenos”, puntualizó.

El producto tiene tres propiedades: antifúngico, inductor de la defensa vegetal y adyuvante (queda pegado a la hoja de la planta, lo que asegura un mejor rendimiento). Se aplica diluido en agua con las mochilas de pulverización y ya superó con éxito los ensayos a campo , realizados durante tres años en Argentina. Actualmente se está probando en Brasil.

Camino a un bionanofertilizante

El equipo de investigación está desarrollando también un bionanofertilizante con un origen similar, a partir de los hongos de las yungas, pero combinado con otras sales como potasio fósforo y nitrógeno. El flamante producto ya superó las pruebas de laboratorio y, actualmente se ensaya en invernaderos, a mediana escala.

Modelo de negocio

Romero señaló que el modelo de negocio de “Qumir Nano” se fundamenta en el licenciamiento del producto a empresas agroquímicas, con las que ya están en conversaciones en rondas de negocios. “Esto nos permitirá una salida rápida al mercado y una gran capacidad de distribución”, indicó.

Como fortaleza del producto, la investigadora resaltó la sustentabilidad, puesto que reduce el uso de agroquímicos convencionales, y la eficiencia, puesto que consigue mayor absorción y penetración del producto en la planta, gracias a la nanotecnología. 

En cuanto a las debilidades, sostuvo que la bio-nanotecnología es una categoría emergente que aún necesita marcos regulatorios específicos. Por otra parte, agregó que es fundamental generar confianza en el mercado para que los productores estén dispuestos a realizar ensayos a gran escala para comprobar la eficacia y la viabilidad económica del producto.

Producto gestado en la UNT

Inicialmente, la investigación contó con financiamiento público a través de instituciones como la Universidad Nacional de Tucumán y el PROIMI (CONICET). Luego, con la creación de la startup, obtuvieron apoyo de inversores privados y fondos de innovación. La empresa “Qumir Nano” se constituyó a fines del 2022 con el objetivo de desarrollar y comercializar soluciones bio-nanotecnológicas para mejorar la productividad y sustentabilidad agrícola.

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