Mario Benedetti ayudó a construir la Máquina de Dios y le ofrecieron quedarse en Suiza, pero pptó por colaborar a la distancia desde la universidad en la que enseña.
Se ampliaron consultorios en el Centro Alberto Sabín, lo que permitirá descentralizar la atención, sin la necesidad de trasladarse a la sede central o al Centro Marchese.
La comitiva fue recibida por la directora el Museo, quien destacó que las salas del edificio cuentan con textos en Braille y que con guías capacitados en lenguaje de señas.