El Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA), de triple dependencia entre la UNT, el Sistema Provincial de Salud y el Conicet NOA Sur, adquirió un equipo de alta sensibilidad que permitirá realizar un diagnóstico molecular, temprano y preciso de la enfermedad de Parkinson. Se basa en la técnica de Real-Time Quaking-Induced Conversion (RT-QuIC), que permite detectar el plegamiento anómalo y la acumulación de proteínas que contribuyen a la muerte neuronal y al desarrollo de esa enfermedad. La técnica aplicada a enfermedades como el Parkinson fue validada hace más de un año y, en el IMMCA, pondrán a punto la técnica usando un insumo producido localmente.
La enfermedad de Parkinson fue descripta hace más de 200 años. Sin embargo, hasta hace muy poco no existía ningún test bioquímico para el diagnóstico temprano de patologías neurodegenerativas. En 2023, un consorcio internacional de investigadores validó la detección del primer biomarcador de la enfermedad. El RT-QuIC permite visualizar en tiempo real indicadores del plegamiento anormal de la proteína alfa-sinucleína, a partir de muestras de líquido cefalorraquídeo y otros fluidos corporales de individuos afectados.
El equipo adquirido por el IMMCA es el Fluorostar Omega, valuado en más de $50.000 USD y fue donado por el empresario francés Claude Burgio, que viene apoyando los desarrollos del equipo de investigación tucumano. El equipamiento llegó a la sede del IMMCA, por medio de la empresa BrinDx SA, para contribuir en el desarrollo de los numerosos proyectos que allí se realizan.
Producción de un insumo crítico
El insumo crítico de la tecnología RT-QuIC es una proteína, la alfa-sinucleína humana recombinante de alta pureza, cuyo costo en el mercado es alto (unos $2000 USD los 0,5 mg), lo que limita la aplicación de esa tecnología. El IMMCA tiene más de 15 años de experiencia en la producción y purificación de esta proteína. Por ese motivo, el instituto recibió un importante subsidio de la Organización de Estados Americanos (OEA) para validar el uso de la proteína producida localmente para aplicarla en esa tecnología diagnóstica. La validación se hará en conjunto con el ANLIS-Malbrán y la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI) que depende del Conicet NOA Sur. Ese subsidio está coordinado por María José Haro Sly.
La directora del IMMCA, Rosana Chehín, recordó que el grupo que dirige viene desarrollando esa proteína y usándola en los equipos que tiene el Instituto del Cerebro y la Médula Espinal (ICM) en Francia, institución con la cual tienen convenios de cooperación en materia de investigación y realizan desarrollos colaborativos. Los resultados de esos trabajos quedaron plasmados en publicaciones científicas.
“El desafío ahora es poner a punto la técnica con muestras reales de pacientes de Parkinson en el marco de un ensayo clínico que permita obtener los registros para las autoridades regulatorias de nuestro país”, precisó Chehín. Indicó que, para concretar ese objetivo, establecieron colaboraciones con el grupo de investigación de la Dra. Claudia Perandones, titular del ANLIS-Malbrán. Ese instituto proveerá las muestras de líquido cefalorraquídeo de pacientes y aportará su experiencia en el estudio de la enfermedad del Parkinson. Una vez validada la técnica con la proteína producida en el IMMCA, Chehín mencionó que escalarán la producción del insumo en el PROIMI, instituto dirigido por la Dra. Alejandra Martínez.